Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá
12 RAUL PORRAS BARRENE HEA derarla impracticable y preferir simplemente una alianza de ambos pueblos (3). La actitud solidaria argentina, se circunscribió, pues, a Chile y hubo, entre ambos pueblos, desde 1811 a 1818, mutuos auxilios, de armas y contingentes bélicos, compenetración de pro– pósitos y esfuerzos y hasta mancomunidad de agentes diplomáti– cos·, gestos fraternos que culminaron en la bella empresa de la li– bertad de Chile concebida y ejecutada por el desinterés ejemplar y la abnegación heroica del más grande de los argentinos. El rechazo de la idea confederativa americana por parte de la Argentina no significó su prescindencia en la lucha común por la libertad. Por instinto de defensa, por estrategia militar, y además, por la propia fuerza expansiva de su agitación revolucionaria, sus esfuerzos se extendieron más allá de las fronteras del Rio del Pla– ta. Argentina fué la revolucion que sacudió el Alto Pel(ú de 1810 a 1816 y argentinas las expediciones que libertaron a Chile y pren– dieron la guerra contra España en el Perú. Próceres argentinos , por último, como Belgrano, concibieron en momentos de desaliento y como medida transaccional para la Europa monárquica la idea de la restauración del antiguo Imperio Incaico, con el Cuzco por ca– pital, que era como dice Pinilla, como resucitar un cadáver de tres centurias (4) . Ideológos y escritores de diversas nacionalidades fueron los principales sostenedores de la idea de la confederación americqna durante la etapa inicial de la emancipación. Se ha recordado parti– cularmente al sabio Cecilio del Valle en Centro América y, en Chi– le, a los ~escritores Juan Martínez de Rozas y al jurisconsulto lime- ño Juan Egaña. Martínez de Rozas publicó en Santiago en 1810, un Catecismo político americano en el que se recomienda que, a ejem- plo de las colonias inglesas, las colonias españolas formen una con– federación de estados capaces de rechazar la dominación extran– jera. (5) . Egaña redactó una Declaración de Derechos del Pueblo de Chile en la que se propugna la reunión de un Congreso general, de representantes de todos los Gobiernos de América, para deter– minar la forma de unión entre todos ellos y las relaciones inter - federales. Otro pro hombre chileno, O'Higgins , auspició con insis– tencia la gran confederación Americana . El 6 de marzo de 1818, en (3) Joseph Byrne Lockey, Orígenes del panamericanismo. (Caracas 1927 ), pág. 310. (4) Sabino Pinilla, La creación de Bolivia, (Biblioteca Ayacucho) pág. 167. (5) Alvarez, obra citada, p.ág. 256. '
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