Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá
24 RAUL PORRAS BARRENECHEA cosas en que poco o nada tiene que temer una intervención por parte de los poderes de Europa» (21). La incredulidad respecto a los preparativos bélicos de España y la convicción de su inutilidad aparece por lo demás patente en todos los documentos de la época. Olmedo y Paredes enviaron a la cancillería peruana una certera refutación del pacto de tregua en que se deshacen los argumentos colombianos para fundamen– tarla. Estos eran: el agotamiento militar y económico de las colo– nias, los estragos causados por las guerras, la tendencia al despo– tismo militar visible en las nuevas repúblicas y la amenaza de di– senciones internas. Los plenipotenciarios peruanos decían con justa razón a su gobierno: «¿Será posible que cuando España ha llegado al último grado de miseria y abatimiento, cuando está despeda– zada por la furia de los partidos y por la codicia y fanatismo del clero, desacreditada por la imbecilidad y crueldad de su rey, degra– dada por la inepcia de Ministros estúpidos y oscuros, destituida de todos los elementos de vida, sin erario, sin crédito, sin comercio, sin ejército, sin marina, vilipendiada, mofada por pueblos, será po– si.ble que se escoja este momento para proponerla una tregua cuan– do ella está en situación de pedirnos la paz?» (22). La tregua era además, prácticamente, la continuación del esta~ do de guerra de que se quejaba Colombia. La tregua sólo era favo. rable a España. América, ganada la batalla de Ayacucho, rendidos el Callao y Chiloé, era ya libre. España impotente entonces podía rehacerse. Inglaterra y Estados Unidos, habían reconocido la ind~ pendencia de las colonias, Francia se aprestaba al reconocimiento y pretendía atraer a Austria por el mismo camino. Es curiosa a este respecto la similitud de las comunicaciones reservadas que sobre esta propuesta de la tregua pasaron a sus gobiernos los representantes del Perú y de México, en Londres, que revela la comunicación en que estos se hallaban y la identidad de su acción. La nota reservada N~ 9, dirigida por Vicente Roca– fuerte al gobierno de México, el 7 de junio de 1826 es idéntica en su forma y hasta en su redacción, a la dirigida al gobierno del Perú por sus plenipotenciarios Olmedo y Paredes en 28 de junio de 1826, semejanza muy explicable si se toma en cuenta que, además de la coincidencia de opiniones, Rocafuerte y Olmedo, eran cote- (21) Fabián Velarde y Felipe J. Escobar, El Congreso de Panamá en 1826. (Panamá, 1926) pág. 34. (22) Pág. 296 de est volumen.
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