Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá

: .. ~) : . ' . ~ ,;·· ;, . i ~b ~: 1• ..... ~·:. ..-': . . ...... : . ¡ . ''. l \ '. 1 a ( •, ~ ~ . ( ' \ ~ . , : >.' ·; . 34 ¡ .... RAUL PORRAS BARRENECHEA ·~ ' ' .• de un esclarecido grupo intelectual. Su casa es el centro de un cenáculo en el que predomina el gusto clasicista y se tiene por modelos poéticos a Moratín y a Meléndez Valdés. Una segunda reacción liberal arroja a Pando del poder y del Perú. Vuelto a España -el criollo tres veces tránsfuga como lo llama Juan de Ara– na- intentó rehabilitar en ella sus servicios y figurar nuevamente en la burocracia española, pero sufrió rechazos y humillaciones, por su actuación en América. Pando dejó al morir, a los cincuenta y cuatro años, en 1840, algunas obras reveladoras de su extensa cultura. Sus "Pensamientos y apuntes sobre moral y política" son una interesante exposición de principios y reflexiones, en los que las ideas del decepcionado hombre de estado, se revisten de vigor por el prestigio de una prosa límpida, elegante y castiza. Sus bo– rradores sobre derecho internacional, ciencia que conoció a pro– fundidad y puso a diestra contribución en su vida pública, fueron publicados en libro después de su muerte, sin que recibieran la revisión y el ordenamiento del autor. Son por eso simples apuntes y observaciones y a veces trascripciones literales de otros trata– distas que Pando se proponía probablemente comentar. Pero a pesar de tal inconclusión es obra de frecuente consulta citada por internacionalistas y diplomáticos. (35). D. Manuel Pérez de Tudela, era personaje de relieve distinto al de Pando y Vidaurre. Carecía de brillantez y de la orientación literaria de aquellos. Por su carácter era, además, de una mode– ración benévola y simpática. Sin las impulsividades de Vidaurre, ni la ambición de Pando, era el tipo cabal del magistrado, del hombre consagrado al estudio de la ley y a la defensa de la justicia. En las vísperas de la insurgencia peruana ejerce una actividad peligrosa y abnegada. Aprovecha de su prestigio en la Audiencia y ,eh el Cabildo, para defender a todos los reos por delito de sub– versión. Es, puede decirse, durante diez años, el abogado de la revolución, y, en el concepto público, llegó muchas veces a temer– se, cual de los sospechosos iría al presidio, si el reo o su defensor. Fué el abogado de los ilustres conspiradores peruanos Riva Agüero y el conde de la Vega del Ren, cuya defensa no quiso aceptar ningún letrado. En las vísperas de la entrada del ejército de San Martín a Lima, alojó en su casa a conspiradores y reos prófugos, estuvo en correspondencia secreta con el prócer argentino y escri- (35) Sobre Pando puede consultarse el N~ 7 del Boletín del Museo Boli– variano, donde Jorge Guiller:mo Leguía ha reunido informaciones biográficas, cartas y documentos.

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