Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá
510 RAUL PORRAS BARRE ECHEA XVII, XVIII y XIX, por diferentes teóricos, generalmente inspi– rados en los modelos de la Antigüedad: William Penn, el Abate de Saint-Pierre, Léibniz, Vico, Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Con– dorcet, Wieland, Bentham, Kant, Gentz, Burke, Schiller, Herder, Saint-Simon, entre otros ... En el año 1824 este fermento internacionalista se encuentra en plena expansión, antes de que fuera ahogado por la revolución in· dustrial y su secuela imperialista. La convocatoria al Congreso de Panamá debe, por lo tanto, situarse dentro del marco ideológico de la época, al que Bolívar contribuyó con su propia inspiración. Bolívar era un buen conocedor del pensamiento de los filóso– fos vigentes en su tiempo. En carta a Santander, desde Arequipa, el 20 de mayo de 1825, le dice: "Ciertamente que no aprendí la filo– sofía de Aristóteles ni los códigos del crimen y del error; pero pue– de ser que Mr. de Mollien no haya estudiado tanto como yo a Locke, Condillac, Buffon, Dalambert, Helvetius, Montesquieu, Ma– oiy, Filangieri, Lalande, Rousseau. Voltaire, Rollin, Berthot y to– dos los clásicos de la antigüedad, así filósofos, historiadores, ora– dores y poetas; y todos los clásicos modernos de España, Francia, Italia y gran parte de los ingleses" (16). Su pensamiento está fuer– temente influído por las ideas filosóficas de Rousseau, como lo atestiguan las frecuentes citas del ginebrino en su correspondencia y en sus discursos . Sobre el principio de la soberanía popular, elaborado en "El Contrato Social", Rousseau esbozó un esquema de organización in– ternacional que permitiera resolver las contradicciones originadas por las rivalidades entre los Estados y por la política de las mo– narquías absolutas. Las tesis rosseaunianas están expuestas en el "extracto del Proyecto de Paz Perpetua del señor abad de Saint– Pierre" y en la "Consideración sobre el Gobierno de Polonia". Di– ce el filósofo: "Si hay algún medio de eliminar esas peligrosas con– tradicciones, no puede ser más que por una forma de gobierno confedera! que, uniendo a los pueblos por lazos semejantes a los que unen a los individuos, someta igualmente a unos y a otros a la autoridad de las leyes. Este gobierno parece, desde luego, preferi– ble a cualquier otro porque comprende a la vez a los grandes y pe– queños Estados" (17). Según Rousseau, existe, paralelamente a los acuerdos políticos, "una especie de sistema" cultural y económico (16) Simón Bolívar, "Obras Completas", compilación de Vicente Le una, Vol. II. 07) Citado por de Rougemont, ibid.
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