Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá

46 RAUL PORRAS BARRENECHEA queza que no admitiré la disculpa de no querer mezclarse en asun– tos del gobierno del Perú. En el Perú nada se hace sino lo que V. E . quiere. Este es un hecho en que están convencidos ambos mun– dos y que no hay apariencias que puedan desfigurarlo" (52). Las instrucciones impartidas por Heres, autorizaban a los ple– nipotenciarios peruanos para renovar el pacto de unión, liga y con– federación perpetua contra España existente ya por los tratados de 1822, y contra la dominación de cualquiera otra potencia. Los au– torizaba, también para suscribir tratados de auxilios y contingen– tes que cooperaran a la libertad de Cuba y Puerto Rico. Respecto a la situación de estos p~íses una vez libertados, no determinaba si debía procurarse su independencia o su anexión a las repúblicas que ambicionaban esos territorios: México o Colombia. Concedían, las instrucciones, poderes ~ara firmar tratados de amistad, nave– gación Y comercio, convenciones consulares y sobre reglas de de– recho de gentes y providencias sobre el tráfico de esclavos. Los puntos de más relieve contenidos en ese documento son los relati– vos a la doctrina Monroe, al carácter y alcances de la alianza con– tra España, al principio de intervención en cuestiones de orden in– terno o político y al criterio con que deberían resolverse las cues– tiones de fronteras. La posición peruana debía ser de adhesión al mensaje de Monroe y por lo tanto de oposición a todo intento de colonización europea en América. Respecto a España cuyos ata– ques a la costa colombiana se temían, por la concentración de fuer– zas españolas y francesas en la Habana, los compromisos que d - bía suscribir el Perú, eran ilimitados y llegaban hasta adherirse a un plan de hostilidades que sería llevado aun a la propia España. Esto para el Perú, país situado en el Pacífico y obligado a resguar– dar su propia soberanía, resultaba excesivamente oneroso y de rea– lización casi ilusoria, dada la postración económica producida por la guerra de la independencia. Pero el interés de Colombia guiaba entonces el del Perú. Otra cuestión importante y que había sido rechazada ya por otros países, en los pactos de unión suscritos por Colombia en 1822, era la de la intervención. Las instrucciones qu - rían, en buena cuenta, que se formase también, como en contra de España, una liga defensiva en contra de la anarquía. Los "gobier– nos legítimamente constituídos" debían ser auxiliados por los otru~ Estados contra "los díscolos y ambiciosos" que intentasen pertur– bar el orden público. Por último las instrucciones remataban u (52) O'Leary, X, 392. Pág. 416 de ste volumen.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx