Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá

60 RAUL PORRAS BARRENECHEA Congreso general tendría facultad para interpretar y ejecutar los tratados. Cláusulas de orden general se oponían al establecimiento de colonizaciones europeas en América, encargaban la formación de un código de gentes americano, proscribían el tráfico de escla– vos, definían las calidades y derechos de los cónsules y ministros extranjeros. El interés particular del Perú resaltaba en las cláusu– las, cuarta, décima quinta y vigésima, que declaraban que los esta– dos aliados no aceptarían el reconocimiento parcial de su indepen– dencia por España, que la base de la paz o de las relaciones co– merciales fuera este reconocimiento solemne y que la Dieta pro– curaría obtener la mediación del gobierno inglés para conseguir el reconocimiento por parte de España. En caso de guerra el Perú proponía que el subsidio de soldados, cuando las distancias fue– ran muy grandes, pudiese ser sustifoído por el de dinero. Las bases peruanas no contenían proposición alguna sobre límites, a pesar de hallarse este punto en el cuestionario colombiano del Congreso. Según Briceño Méndez, en su informe al gobierno de Colom– bia sobre las labores del Congreso, el proyecto peruano "r-o fue admitido a discusión, porque no estaba redactado en forma y por– que contenía objetos muy ajenos de un acto de unión, liga y con– federación". Vidaurre explica a su gobierno el rechazo, en que Gual exigía que "la alianza de guerra era lo primero que debía tra– tarse, reservando todos los demás puntos para una asamblea pos– terior" (69). En consecuencia, se insinuó por los colombianos la necesidad de formular un contraproyecto. "Era necesario -dice Briceño Méndez- presentar un contra– proyecto y aunque nosotros los colombianos lo teníamos prepa– rado no creíamos conveniente ofrecerlo como tal, porque temíamos justamente que los actos que se habían dejado entrever de parte de alguna otra legación, fuesen un obstáculo para su admisión y aún causa para que se rechazasen los principios más esenciales a la unión." Los colombianos eran ya sutiles diplomáticos. No quisieron e1los redactar el contraproyecto, sino que "dando de nuestra par– te irrefragable prueba de franqueza y de sinceridad" propusieron que colaborasen con ellos los centroamericanos y mexicanos, pro– posición que lisonjeaba el amor propio de todos los ministros" y que del resumen de todas las opiniones se formase el contrapro- (69) Pág. 382 de este volumen.

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