Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá
EL CONGRESO DE P,ANAMA 67 dramático, Vidaurre se presentaba como un casi mártir de la liber– tad. Aludiendo a las molestías y prisiones que había sufrido en Panamá escribía: «Cinco veces superé el poder terrible de la fiebre. No me parece esta la principal victoria. He escapado de las manos de los enemigos de la libertad Americana». Gual, los mexicanos y Larrazábal, emprendieron el viaje hacia México por Acapulco. Pérez de Tudela, no consta por qué impe– dimento, retardó el viaje. Según aparece de la correspondencia trunca de los delegados peruanos a Panamá, que publicamos en esta colección, Pérez de Tudela encontró mas tarde obstáculos en las autoridades colombianas del Istmo para emprender su viaje. Se conocía ya en Panamá el retiro de Bolívar del Perú y el am– biente contrario a éste que reinaba en dicho país. El naviero en cuyo bergantín debió embarcarse Pérez de Tudela para Acapulco , no cumplió las condiciones de su contrato y la falta de marineros y calafates, y velas y jarcias y palos de respeto hacían riesgosa la navegación por emprender. Las quejas de Tud la no tu ieron eco ni apoyo en las autoridades, las que dejaron prolongar por tres meses el pleito de Tudela con el naviero , con «desaire de mi comi- ión» como asentaba aquél (73). En noviembre todavía pensaba Tudela en el viaje, pero en di– ciembre el gobierno peruano cuyo distanciamiento de Colombia y de Bolívar se había acentuado, le ordenó regresar. Por estas circunstancias fortuita l P rú no stuvo repre entado en Tacubaya. I.:a reunión de Tacubaya careció de importancia. En México había desaparecido el entu ia mo por la alianza: la posibi– lidad de una conquista española ra ada v z mas l jana. Gual insistió inutilmente ante el gobierno m xi ano en la reanudación de las labores de la Asamb ea y en la aprobación de los pactos d Panamá, pero sin éxito. El 9 de octubr de 1828 e realizó la con– ferencia final, con asistencia d Gual, Larrazábal y los mexicanos Michelena y Domínguez, en que e declaró f necidos los esfuerzo por una resurrección de la A ambl a . Gual el iniciador de ella y su sostenedor más speranzado e retiró d M ' xico n enero d 1829. La anarquía desangraba a C ntroamérica, Colombia se debatía en convulsiones int mas y los j rcito colombianos y peruano re– ñían la primera contienda fratricida de América . Gual fué entonces designado por Colombia para c 1 brar la paz a nombre de aquella república. (73) Pág. 404 de e te vol umen.
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