Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá

70 RAUL PORRAS BARRENECHEA Desde agosto de 1825, Santander había solicitado a Bolívar. primero, y al Consejo de Gobierno del Perú, después, que este país pagase a Colombia dos millones de pesos "a cuenta de lo que resultase deudora la República del Perú en la de Colombia por los auxilios que le había prestado". El Perú había sufragado todos los gastos del ejército libertador en su territorio y siguió sostenién– dolo, terminada la lucha por un año más. Su situación económica era premiosísima. Pando calculaba que la deúda del Perú por su independencia era de más de veinte millones aparte de los daños hechos a la agricultura, a las industrias, a las poblaciones y a to– dos los manantiales de la riqueza pública. A pesar de esto, el Perú, hizo en Londres gestiones para un empréstito que no pudo con– seguir. El representante colombiano en Lima, insistía, sin embar– go, en la necesidad de ese primer pago. Santander mismo, en junio de 1826, reclamaba nuevamente esa cantidad aduciendo que haDía en esto, gran consideración de parte de Colombia al "no exigir de una vez el reembolso de toda la cantidad adeudada y sus respec– tivos premios sino solo aquella parte que más urgentemente nece– sita para cumplir sus empeños en Europa". Según el Vicepresi– dente de Colombia, ese dinero no era posible obtenerlo del pueblo colombiano "demasiado gravado ya con los sacrificios de dieci- éis años continuos" y al que había que "ahorrarle la pena de una nueva contribución" sin considerar que la guerra de la inde– pendencia había costado también duros sacrificios al pueblo perua– no. A estas exigencias se unían otras más pesadas y humillantes. Bolívar había destruído y dispersado el ejército peruano y, termi– nada la campaña de Ayacucho, lo envió fuera del país, principal– mente a la misma Colombia, enrolando a los soldados peruanos en cuadros colombianos (74), conforme a un tratado preexistente que estipulaba que las bajas del ejército colombiano serían reem– plazadas por peruanos, aunque se sobreentendía que para conti– nuar la lucha por la independencia del Perú, la que ya se hallaba terminada. Por este sistema, según lo declara el agente diplomá– tico de los EE.UU. en Lima, William Tudor, en la correspondencia reservada a su gobierno, publicada por Manning, marcharon a Colombia más de 7,000 peruanos. El tercio del llamado ejército colombiano del Perú, estaba formado por peruanos (75). En junio de 1826, sin embargo, el agente colombiano Armero exigía del go- (74) Manning, correspondencia del Cónsul Tudor a la Secretaría de Esta· do de los E.E .U.U. , Lima, agosto 24 de 1826 . (75) Manning, correspondencia de Tudor, Lima, 26 de julio de 1826 .

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