Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá

EL CONGRESO DE l'ANXMA. 73 siones, la misma escandalosa introducción deÍ derecho de conquis– ta en la América repúblicana, no produjeron, salvo el rumor de protestas aisladas, la unión ~agrada de antes. Sólo los béfü:os des– plantes de España traían periodicamente a la memoria el plan de una unión para la defensa común. Así los congresos americanistas de 1847 y 48 en Lima, de 1864 en la misma ciudad y las conferen– cias de 1856 en Santiago y en Washington, convocadas ante la amenaza de peligros europeos, no consiguen fuera del propósito de prevenír la reconquista de América, ninguna otra finalidad jurídica inter alias, ni la del arbitraje obligatorio, ni la de la pros– cripción de la guerra, ni la de la adopción de normas de derecho público. Dichos congresos hacen en la Historia Internacional de América el efecto de un desfile apresurado de bombas contra in– cendios. Una algarabía de campanas alarmistas sembradoras de pánico los precedía y toda su labor se reducía a la postre a lanzar contra una presunta y oculta llama unos cuantos manguerazos de turbia oratoria fraternitaria, De los propósitos formulados en aque-– llos angustiosos amagos no quedaba en seguida sino el humo La armonía continental, desprovista así de normas y de jueces pereció en América por un largo período. México, el Perú y Bolivia fueron desmembrados por vecinos ambiciosos sin qu la conciencia internacional de América despertase para impedir esos atentados. El Paraguay vió triplicarse en una guerra de pesadilla el rostro vengativo de sus hermanos. Y hasta el propio tenaz empeño de Panamá fué olvidado. España regresó al Pacífico, impuso su ban– dera en Chincha, bombardeó Valparaíso y el Callao, sin que apare– c1eran los Monroes. El fracaso del hispanoamericanismo ha sido, pues, patente después del Congreso de Panamá. El sueño de la armonía conti- · nental no ha resucitado desde los días bélicos de la independencia. No han podido revivirlo, congresos diplomáticos, discursos conm - rnorativos, artículos de p riódico, mensajes ni d claraciones. El más concienzudo empeño en resucitar la vieja cordialidad americana ha sido el panamericanismo d Mr. Blaine, a partir de 1882 y de la primera conferencia panamericana de 1889. El pana– mericanismo parte de un punto completamente opuesto al hispano– americanismo. Este fué principalmente lírico, el panamericanismo principió por ser esencialment práctico. El hispanoamericanismo de Panamá quería establecer la unidad de las naciones del mismo origen, religión, idioma y costumbres, comenzando por una unión política y mílítar de éstas. El panamericanismo s propuso primiti· vamente relacionar a las naciones americana -raza, idioma y cos-

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