Obra gubernativa y epistolario de Bolívar: legislación 1823-1825

OBRA GUBERNATIVA Y EPISTOLARIO DE Be:JLIVAR XIII trando en. otras regiones de América, nadJa fácil, pues la anarquía acechaba a los nuevos estados y hacía presa de ellos con aterrado-– ra rapidez. Recorre sirt prisa los accidentados territorios del Perú y del AltCJ Perú, y estudia los múltiples problemas que le van saliendo al paso. Toma conocim?ento Je la realidad geográfica y económica de las re– giones y de las últimas aspiraciones de los pueblos, que le veneran no sólo como libertador sino como ser ungido por la Divinidad pa– ra dar solución: a los problemas que del fando de los siglos los ago– biaban. Ese viaje tuvo otra virtud creadora de esperanzas. Desde la caída del Tahuantinsuyo, los gobernados podían ver nuevamente a quien regía sus destinos y n'o al remoto e inalcanzable rey, que por trescientos años los había mantenido en dura sujeción. Es en esta época cuando Bolívar prepara lo que en materia legislativa consideró su obra maestra, la piedra clave del edificio republicano, que conocemos con el nombre de Constitución' Vita– licia, Carta fundamental que también se afanó en imponer a Co- · Zambia. En las páginas que siguen el lector verá determinadas normas que, aunque dictadas o firmadas por el Consejo de Gobierno, que actuó por delegación del Libertador, u otros, deben reconocerse co– mo parte de la obra del propio Libertador, ya que su influencia fue en esa época soberana e ilimitada. Los decretos y órdenes de Bolí– var no sólo legislan en cosas de gobierno, esto es, impuestos y orga– nización administrativa, sino también en: asuntos comerciales, ma– terias propias de las fuerzas armadas, la educación' y demás insti– tuciones y actividades de la vida republicana que se iniciaba en el Perú. El Libertador fue mucho más allá y legisló de modo ad- 1Jtirable protegiendo los derechos de los indios, corrigiendo abu– sos en la tenencia de las tierras, suavizando el trató de los escla– vos, disponiendo la construcción de caminos, elemento este últi– mo que él presiente clave para el desarrollo socio-econ:ómico de vastas zanas del territorio nacional. Va más lejos aún, y se ade– lanta a su tiempo al proteger la misma vida animal, dando los fa– mosos decretos que prohiben la caza de la vicuña y fomentan su crianza. Asimismo permite la libertad de expresión, regulándola con sabiduría. A su paso crea colegios y universidades. Los pro– blemas con la Iglesia los soluciona en forma sagaz y armónica.

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