Obra gubernativa y epistolario de San Martín

86 JOSÉ A. DE LA PUENTE CANDAMO Examen de la Deuda Pública M in i st erio de Hacienda.- Despues del 9 de Julio en que pisó el suelo de Lima el ejército libertador, ha tenido el entendimiento y la pluma mui pocos momentos para ocuparse en meditaciones de una transcendencia jeneral. Al ver restituida impensadamente á su libertad la capital del Perú, se apresuraba el animo á sanjar los ci– mientos del grande imperio que debe levantarse. Empero nuevas ideas, designios mas ardientes, pretensiones originales, y otra multiud de este jenero, que nacen en las revoluciones de los estados, han opri– mido sin intermision al supremo gobierno provisional. Y cuando mas detenida estaba su marcha en tan intrincada y fastidiosa carrera, nuevos y mas graves obstaculos se oponen á su progreso. De las cum– bres de los Andes desciende una multitud de esclavos del despotis– mo, para sacar su furor y avaricia en los pacificas habitantes de Lima. Tal las aves de rapiña se precipitan de las altas cordilleras á devorar los corderos, y los peces de la costa. A pesar de tantos contratiempos y embarazos, y del corto espa– cio que ha corrido desde la gloriosa época de nuestra existencia li– bre, el supremo gobierno ha trabajado con sus ministros con extra– ordinario esfuerzo. Los reglamentos y demas papeles públicos, que ha dado á luz la imprenta, son claros testimonios de este aserto. Su influencia en mejorar la antigua administracion podrá ser es– timada por cuantos tienen algun conocimiento de los principios so– ciales. Mas las vijilias, que en tan poco tiempo habran costado, los designios, la poderosa fuerza y el caudal de bienes que abrazan, so– lo pueden apreciar los que han presenciado en otros paises las esce– nas de esta edad revolucionaria, y seguido con profunda atencion sus principios, sus medios, y sus fines. El tumulto ruidoso del servicio público no permite tomar el pincel, y trazar los bellos cuadros de Lima naciendo en su libertad. ¡O y si un dia el silencio y la quie– tud lo restituyen á nuestras manos! Entre tanto es preciso seguir el hilo de los trabajos comenzados, y en las ruinas y escombros de la hacienda pública, que han dejado los antiguos dueños del Perú, hacer preceder la lámpara que guiaba á Orfeo en los obscuros recintos de las tinieblas. El paso firme y la constancia serena harán que no se malogre el fruto de los afanes, al tocar los confines de la luz del sol. ... till he quite had passed t he shades of n i ght And reached the confin es of oet hereal light. *

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