Obra gubernativa y epistolario de San Martín

XII Prólogo Lo expresado anteriormente responde al espíritu de la Colección Docu– mental de la Independencia del Perú, que quiere presentar la imagen de la época precursora y de la época de los Libertadores sin recorte alguno y sí con el propósito de aportar a los investigadores ei conjunto esencial y diver– so para entender nuestra Emancipación. Los peruanos al exaltar el tiempo de los Precursores y al reiterar el en– comio de los hombres que nacieron en el Perú y que sirvieron a la Emanci– pación, y al insistir en el origen peruano de la Independencia y al afirmar que no se nos impone desde el extranjero, no pretendemos ni olvidar ni re– cortar los aportes de hombres, de ideas o de actitudes ">riginados en diversas regiones de América o de Europa. El orden de los dos volúmenes dedicados al Gobierno de San Martín es. el siguiente: I. El Reglamento Provisional de 12 de febrero de 1821. II. Declaración y Proclamación de la Independencia del Perú. III. El Protectorado. IV. Documentación varia. V. Las Guías de Forasteros. El primer apartado no requiere mayor explicación; es la reproducción del mismo texto legal. El segundo, además del acta de la Declaración de la Independencia, agru– pa algunos testimonios vinculados con ésta y con la Proclamación. No se de– sarrolla más ampliamente este tema, pues un tomo de la Colección está dedi– cado de manera específica a las actas de Declaración y a las ceremonias de Proclamación de la Independencia en diversos lugares del Perú. La tercera sección de este tomo es eventualmente la más nutrida y la que encierra una visión integral y sistemática de la obra del Gobierno del Protectorado en el Perú. Bien sabemos que San Martín entre nosotros advirtió desde su desembar– co en nuestra costa que tenía entre las manos dos tareas irrenunciables y ab– solutamente enlazadas la una con la otra: la guerra contra los españoles y la organización del Estado peruano recién fundado. Como factor que reitera el enlace entre ambos temas hátlase en San Mar– tin, como en otros hombres de su tiempo, la preocupación por evitar la anar– quía, la gran angustia de la época. Que el bien de la Independencia que se gana con tanto esfuerzo y con tanto dolor, no se pierda por la división anárquica entre los peruanos. La presencia de este legítimo temor a la anarquía está expresa o implí– cita en buena parte de la legislación sanmartiniana. Precisamente el gobierno vigoroso que San Martín establece en el Perú y las razones por las cuales asu-

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