Obra gubernativa y epistolario de San Martín
20 JOSÉ A. DE LA PUENTE CANDAMO En seguida procedió el acompañamiento por las calles públicas, repitiendo en cada una de las plazas el mismo acto con la misma ce– remonia y demas circunstancias, hasta volver á la plaza mayor en donde le esperaba el inmortal é intrépido Lord Cochrane en una de las galerias del palacio: y allí terminó. Mas no cesaron las aclama– ciones generales ni el empeño de significar cada qual el íntimo re– gocijo que no podía contener dentro del pecho. Manifestó este con especialidad el Excmo. Ayuntamiento, dispo– niendo en las salas capitulares un magnifico y exquisito Desert la no– che de aquel dia. La asistencia de quantos intervinieron en la pro– clamacion de la mañana; el concurso numeroso de los principales ve– cinos: la gala de las señoras: la música: el bayle: sobre todo, la pre– sencia de nuestro Libertador, que se dexó ver alli mezclado entre todos con aquella popularidad franca y afable con que sabe cautivar los corazones.-todo cooperaba á hacer resaltar mas y mas el esplen– dor de una solemnidad tan gloriosa. Al siguiente dia 29, reunida en la iglesia catedral la misma dis– tinguida concurrencia entre un numeroso gentío de todas clases, y con asistencia del Excmo. é Illmo. Señor Arzobispo; entonó la músi– ca el Te Deum, y celebróse una misa solemne en acción de gracias: y en ella pronunció la correspondiente oracion el P. Lector Fr. J or– ge Bastante, franciscano. Concluido este deber religioso, cada individuo de las corporacio– nes así eclesiásticas como civiles en sus respectivos departamentos prestáron á Dios y á la patria el debido juramento de sostener y de– fender con su opinion, persona y propiedades la INDEPENDENCIA DEL PERU del gobierno español y de qualquiera otra dominacion extrangera: con lo qual finalizó este primer acto de ciudadanos libres cuya dig– nidad hemos recuperado. Por último, para complemento de tan extraordinaria solemnidad, S. E. el Señor General en Xefe dió una liberal muestra de su justa satisfacion, y de su afecto á esta capital, haciendo que todos los veci– nos y señoras concurriesen aquella noche al palacio en donde se re– pitieron si no es que superáron, junto con la esplendidez del refres– co, los mismos regocijos que la noche anterior en el cabildo. Aquí sería de desear que pudiese describirse la magnificencia de esta y de las demás funciones, como igualmente la costosa decoración de caprichosas iluminaciones, peroglíficos, inscripciones, arcos (*) (*) Señalase con especialidad el arco triunfal que erigió el tribu– nal del Consulado ,de primorosas estructura y con magníficos adornos, inscripciones y emblemas. Sobre él se veia una soberbia estatua eqüestre del Libertador del Perú con sable en mano.
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