Obra gubernativa y epistolario de San Martín

ÜBRA GUBERNATIVA DE SAN MARTIN 21 banderas, tapicerías y otras mil invenciones con que en tales casos se ostenta el público regocijo, y en las quales compitió á porfía este ve– cindario. Baste decir que todos y cada qual se excediéron á sí mis– mos, hallando el interes del bien comun recursos, en donde las exór– bitantes éxacciones del extinguido gobierno y la ruina de las propie– dades parecía no haber dexado ni medios para la precisa subsisten– cia. ¡Tanto distan del obsequio tributado involuntariamente al des– potismo las espontaneas efusiones de alegría en un pueblo entusias– mado por la posesión de una felicidad inexplicable! <B> * Veintinueve de Diciembre Hoi se ha celebrado el primer aniversario de la independencia de Trujillo, y el mismo que entonces tuvo la gloria de dirigir una empresa cuyo buen suceso habria hecho preveer desde entonces el exito de la campaña a cualquiera que no estuviese en el habito de no ver en medio de la luz; ha tenido ho~ la satisfaccion <le presentar a los cuerpos cívicos de la Ciudad de los Libres las vanderas que de– ben ser el resorte del valor y el estimulo de todas las virtudes civi– cas, siempre que la causa del órden, ó los intereses de la libertad del pais se hallen comprometidos. El gobierno y todas las autorida– des constituidas han asistido a la solemne funcion de iglesia que se ha dado con el doble motivo de aquel memorable aniversario y de la bendicion de vanderas de los cuerpos civicos. Un año ha que el ejér– cito libertador se hallaba en las inmediaciones de Chancai experi– mentando privaciones y fatigas cuyo alivio proporcionó poco despues el departamento de Trujillo con sus frecuentes auxilios: este presen– timiento reanimó a nuestros bravos, cuando en Retes recibieron el 5 de Enero la noticia de la agregacion de Trujillo al territorio inde– pendiente. Aun quedaban peligros que probar é inmensas dificulta– des que vencer para humillar al enemigo, que ocupaba con altivez esta digna é ilustre capital. El formaba planes insensatos de devasta– cion desde sus atrincheramientos de Asnapuquio, y creía poder desa– fiar a la fortuna y agotar la constancia del ejército libertador que sediento del combate deseaba que el enemigo lo aceptase. Mientras ardía en el pecho de nuestros guerreros el fuego que solo es capaz de encender el amor sagrado de la patria el ejército enemigo perdía la opinión de si mismo, porque ya habia perdido su moral y su fuer– za se aniquilaba en la misma razon que se aumentaba la nuestra con los recursos de Trujillo y <lemas pueblos que siguieron su ejemplo. (6) !bid. N9 7, 1 de Agosto de 1821.

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