Periódicos: El Pacificador, El Triunfo de la Nación, El Americano, Los Andes Libres, El Sol del Perú

tario resultase culpado, que se le cas· tigue cou toda la severidad de la or– denanza, y sino descargue la justicia su vara ce>n todo el rigor de las leyes sobre el akayde, haciéndole que sufra la pena del talion; y al sargtnto que n0 supo cumplir su obligacion, ni de– frndc.::r su guardia qual debía, con la pena que merezca r:~specto a tal cul– pa. B. L. M. de V. su afectísimo El amante de ta justicitt. 3 conio se acostumbra en todo r:tis cut.. to y bien gobernado ~ pues de lo con· tracio es de .recelar justamente en las actuales críticas circunstáocias que coa .semejante pretesto los pasa·gerus s;:-aa· insultados por cualquier guerrilla de salteadores que hoy con el mayor des– caro y atrevimiento infestan el Peru; y mientra¡ V •me saca de esta duda voy á trabajar otro articulillo sobre la acrisolada conducta de Jos dd dilatado gremio de los del resguardo, prolestan·– Señor Editor,;:::: Tenga V. la bondad de do desenvolver los motivos para que inscribir en su Periódico un articulito con tanto empeño solicitan los destinos curioso, y que creo que Jos lectores lo vacaotes de estai plazas, al pa1ecer de recibirán con gratirnd. El caso es, que .poca congrua, y de donde derepence un día de la semana pasada me encou- -aparecen unos personages de mucha tré por casu~lidad con un forastero eu prosopopeya &.c. &c. &c. una dt: las fondas del Callao , d que enfurecido se me quejaba á gritos con· tra el despotismo rentista d~ este pais; conmovido yo á compasion , k! supJi,. t}Ué me detalla~e el motivo de sus fas– timéras quejas , con el objete de con– solarlo dt! alguna manera. A lo qu~ me emHestó, acabo de llegar de Lima., y en las inmediaciones del tamoo. cte la legua se me acl!rcó un hombre ves: tido de luto, y emponchado, .ar~nado cual otro D. Quijote, y empu6andoJa rfrmda del ·Buséfalo en que cabalgaba para mi destino, sin mas armas, qµe un corto número de oraciones argen~ tinas ljW! cargaba para mi uso, me in– timó en tono amenazador, me apease: yo desde luo:go resistí por ignorar los motivos; pero advirtiendo este mi r~sistencia, hizo del ojo á otros dos com:– pañeros Je; la mism~t cofradia, y reu– nidos me derrib.tron de la silla , y .á reglon seguido , sin otra reconvencion me despojaron di mis realitos , ale· gando despues en su favor ser unos señores dependientes del Resguardo del Callao: que tenían órden expresa de su gtfo (que Dios guarde) de limpiar los bolsillos á toda clase de transeúntes; pues no estaba pl!rmitido á nadie pasar por allí cargado de semejante rnet~I. En virtud de esta queja digav1e V. Sr. Edlt'Or · z los guardas de la Renta Nacional tienen facultad de despojal' vfolt!ntal.neot~ á cualquier pacífico via– jante sín manif<::star documento ó di:– visa que acredite su destino 6 empleo, 95 Entre religiosos , monjas , dona· dos , seculares &c. contamos en Espa– ña 169,936 personas con mas 144,340 cria(.io$ de seculares. SL1pongamos que con IQO,ooo eCl~síásticos t~nemos sufi· citntes_, á saber 65,000 seculares, con– cedie.odo á cacja uno para su decoroso serviéio 2 criados , y 35 regulares de ambós sttxos. z Cuanto es el sobrante ~ B3,976 personas. Si~ pues este ó mayor número se egercitase en la agriculmra y en las artes sobre·manera abandonadas,¿ cua– les serán las ve.ntajas? Si gradua~do hu– biese en Ja Nacion unos 30,000 matri– mopios. ¿ Qué aumento ttnd1 ia la po .. blacion en cada siglo ? Por un cálculo prndentct parece que entre hijos, nietos y visnietos , no bajaria de 2.004,000 almas. :He aquí una idea para Ajar el nú– mero d~ eclesiásticos que la España ne· cesita ; y . he aqui un medio para con– vencerse de los beneficios que es de ~pecar re~ultarán, al patrio suelo , ali– viando por otra pa~te los gravámenes que el hbradp.r y ef artesano esped– mentan con 'los impuestos y · exsacCio– nes que son bit:n couocidas. Nadfl diré d_e los621;odoooo rs. i;. 1 0; que las mitras d~ la Península perciben por razon de Diezmos segun exten~mente refiece lí\. Aurora de España , oum. 26·sin "incluir los . que perciben