Periódicos: El Pacificador, El Triunfo de la Nación, El Americano, Los Andes Libres, El Sol del Perú

4 No intento ; ni ~ntra en el plan sagradas al cumplimiento de una que debera seguirse en ios artículos oferta hecha al público; y en la cual de teatro ~ue han de insertarse en tienen un interes directo la cultura y este periódico, publicar un tratado los pro~resos de nuestra literatura completo de erudicion dracmática; ni dracmabca. El teatro español se re– inenos hacer un análisis estenso de siente de las calamidades pasadas. las producciones teatrales que salié- Ni los actores han tenid.o' direccion ron de mano de los célebres escrito- acertada, ni los aat(}res han gozado res de la antigüedad. He insinuado de estímulos ·nobles y decorosos. Es– que el teatro puede servir de nór• to era la mansion de las tinieblas. La ma para descubrir las costumbres y prosperidad de las letras r de las ar– usos conocidos en los tiempos anti- tes depende de los que tienen obli– g.uos y modernos ; y que su exS.cto · gacion de apreciarlas y protegerlas~ conocimiento es de grande utilidad y para esto es ment:ster que no las para Ja investigacion de la historia. protejan de un modo estéril ni. ficti– Baxo este punto de vista sera siem- cío. Nada de lo que anima y vivifica pre de una importancia no vulgar el cuerpo social, puede ~er ruinoso para los buenos observadores: es de- para los gobiernos. No diré que el de cir, para aquellos que· saben discer- España pueda ahora ocuparse mucho nir lo que es esta variada galerfa de de teatros, en medio de las gravísi– la vida. Estos, aun cuando acuden tnas tareas en que su atencion tiene á los juegos escénicos con la espe- que excitarse: ni fuera justo hacer ranza de un pasatiempo entretenido, acusaciones anticipadas , habiendo saben sacar de ellos muchas y útiles empeños de tanta magnitud, y tan lecciones que la experiencia no. des- imperiosamente reclamados por el delia en el otro gran teatro, que se aspecto del siglo. Me limito a hacer llama mundo.. No es este teatro por la indicacion, y á exprimir el deseo cierto tn~nos abundante que el pri- de que este y todos los dernai ramos mero en ilusiones fugitivas: en él que en ninguu pais culto son ~bjeto los espectadores ven las ma.s veces de descuido, mere7.ean la atencion de las cosas no como son, sino como los hombres encargados por la con– las sienten. No hay · mas diferencia fianza pública·de la ilustracion nacio– de un teatro á otro, sino que en azl. Llegó en Espafia el dia en que aquel en donde las representaciones una censura ex8tica y azustadiza (ar– S9Il facticias, los hombres saben que ma vedada en los terrenos que vivi– la diversion tiene · un término muy fica el aura de la libertad} no ha de breve; miéntras que en el gran tea- encadenar al entendimiento. Cuando f:ro del mundo , los vemos vivir y se piensa en tan admirable mudanza. conducirse como si su estancia en él todo elogio es corto para los esclare.. hubiese de ser· eterna. cidos promovedores de nuestra rege- Veo que no me es posible ¡acla-· neracion política. ¡Triunfo glorioso r-ar mas en el número de hoy la mu- aquel que los coloca, cuando toda– cha parte que tienen los poetas dra.ma- via. viven, en el santuario de la pos· ticos en el descubrimiento de los usos teridad! y costumbres de sus respectivas na- ciones: el espacio es mas corto que la materia. Dividiré, pues, este artf– culo, que en gracia <le ser el primero, no dexaría de parecer largo, si no diese cabida á los que con variedad constante eutran en el plan que se han propuesto los redactores del Uni– 'tJersal. Si.rva siempre para abrir ca– mino á los que en adelante lienarán algunas líneas de este periódico, con- -·- El 24 del corriente fondeó e.n el puerto del Callao la corveta de guerra inglesa Con· way , y con su llegada se ha divulgado J¡¡ noticia que el rey de Portugal y su fumili~ habian salido del Brazil para Lisboa en el navío de guerra ingles SoverbiQ. Tamhien se ha dicho que el 23 del corriente detuvo la e.i• cuadra bloqueadora á una corveta francesa procedente de Burdeos , la que ha comunica do el fallecimiento do Luis XVIII. IMPRENTA DE RW. 178

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