Periódicos: El Pacificador, El Triunfo de la Nación, El Americano, Los Andes Libres, El Sol del Perú

N-.º 2. real y medio. eeeeeeeee EL PACIFICADOR DEL PERO. Huaura, Abril ~O de 1821 ~ W e must a~quiesce m the necessitv, which denounceit our separation, and hold them, a¡¡ ·we hold the ·rei,t of ~a[)kind- enemies in wai:- in peace, friends. Debemos someter.nos á la necesidad que exige nues– tra separacion, y reputarlos como al resto del genero _hnrnano-enemtgos en la ¡rnerra-.arnigos en b pa z. Decla_r, <le la Y mJ.. de los E. (J. PASO el tiempo en qué debamos hablar sobre la ju!lticia de puestras pre– ~nsienes: ya estan casi ag-otados los argumentos que .la. demuestran, en cuanto se ha escrito en América diez años há, tinas veces con el ardor <lel entu;iasmo, y otr~ cQn. la 'S()briedad de la razon. Por que al fin ¿a qnien vamos a convencer de los derechos que aleg3mos? Seria in ultar la coné1encia del genero humano el conce– 'bif, qu" haya quien dude de_ los mismos principi<s, que en todas partes son el ,si~u~ lacro de los puel>los, y la senalde alarma que los reune, cuando ape1an al lllt1mo recurso de la. msurreccion. Desde mediados ael siglo pasado la Europa emplea todo su inmenso poder intelectual para organizar uila fuerza de opinion, capá:t de resis– tir y aniquilar la. que opuqgan lo-t .murpadores contra la cansa de la _!ilociedad': sus efectos hansido tremendos en muchas µartes, pero la marcha del esplrit.u lrnmi1no nadie e.s ca,paz de detenerla, y en ambos mundos se han · hecho populares las ideas q,ue sirven de vase á la verdadera l~gitimidad de los G obiernos. SIN embargo~ queda todavia una nacion e11 Europa la mas inmediata al Africa, que jamas se persuadirá de la ~xistencia de nuestr?s d~rech os, por qne no tiene la vo– ]qnta<l de concederlos: en v¡rno le ha' llegado el turno de dejarse arrebatar por el es pi– J.ltn del siglQ, y <.le . Qit' la voz i 1 11pel'iosa de Riego y 'de Q.1 i r~g·a que la llamaron del p~ofundo sueno en que yaci:.,1. Con una mano ofrece á la libertad freneticos ~a enfi·~- y con .la .otra nos manda el exterminio: sanciona para si reformas p rematuras, N-ta<laptables á _un pueulo que ha amarlo la·esclavitud con fanatismo , y di cta o<liusa.s 'lttstrit!dóÓes para la Aµi~1~icá, que tien'e en sus propias mano~ su clestino: nos .ameua– -ia erí fin col) la.ind1g_nácion na ~io:ial, y olvida. qu0 Ja nuestra és tanto m:1s ternble cuanto es mas · justa. .. SEME.J4-NTE ohátínacion descubre bien lo que podemo!'I ngu:lrdnr <le. e"a de- lebr~ Monarquia Qorujili,tcional, que para nosotros nun ca sale del sig-ló XVI ·, ~1 paso que sus pretensiooéa ~ '"f:le-.:tenecer af pi·esente. L os rnandatários E spa.lloles- afecbn– ÓQ .tina generosidad heroica ; nos prometen la antigua. tranr¡nilulad que disfrútabamos: ¡ Hípocritas ! ello~ confunden el dulce sosiego de un pueblo que ~oza de su~ dere– <:hos, con e.sa insipida inaccion del ~lma, qúe es 'el e::.tauo nat~1ral del qne ·ha per– dido hasta. el' sabor de la angu">tia, c¡ue causa l~ privacion <.b a ·p1ellos: nos ofrecen fa paz. que Jescribe Tacito, y qu~eren c¡ue lll oir es~a propnesta no se convíerlA en fuego la sanirre que cjrcn\a por nuestras . vena~, y qu e no jn~·emos m.il veces morir ante¡ que pertenecer ú la E spn'ih . 6 tener alg-o de Espaüoles; A un pueblo .tan injusto é11 sus ..empresás, como' cieg·o acerca de sus int_ereses, · es necesario, aunque sea doloroso, ?esengaiíarlo~ por _la_ fuet·za, :anadiendo alu'.unos dia:~ ·de · estragos a los ·aiios de horrol' en que nos. ha- p~ec1p1ta<lo su terquedad. :N1 ;. que otro recurso nos qoe<la para su.\var nuestra ex1stenc1a y el hGnor,que hemos cnmprometi'do delante del tnnndo ~ La España no tiene medioi; -para subyllo-arnos , pern su sist€m~ es aliment;ir nuestras desgracias,. cerranndo las.puertas a toda conciliacion racional: el · último grupo de Españoles que mancha con sus piar.itas el su~lo <le la Am.hica, 191

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