Periódicos: El Pacificador, El Triunfo de la Nación, El Americano, Los Andes Libres, El Sol del Perú
N. 2. ( 2 reales ) EL AMERICANO. JUEVES 12 DE JULIO DE 1821. PROCLAMA DEL GENERAL SAN MA:RTIN A LOS HABITANTES DE LOS DEPARTAMENTOS LIBRES. COMPATRIOTAS Y AMIGOS! Acabo de experimentar por última vez hasta donde llega la obstinación de los españoles y su cruel empe– ño en privarnos aun del agradable exercicio de nuestra natural ge– nerosidad, á fuerza de provocar nuestro justo resentimiento. En Mi– raflores y en Punchauca, la paz ha sido el grande objeto que he reco– mendado á mis diputados, con tal que la independencia de los pue– blos no quedase expuesta á las antiguas agresiones. En ambas circuns– tancias he hecho propuestas que conciliaban todos los intereses, y que habrían puesto término no solo á los males de la guerra, sino al sordo estímulo de las pasiones recíprocas. En Punchauca se me hizo entre– ver que el Perú iba á entrar en su propio destino, y que las fuerzas de ambas partes no servirían ya sino para conservarlo en él. Pero el despecho de la ambición ha exaltado el furor de algunos gefes, y á las esperanzas de Paz se ha sostituido la certidumbre de una guerra tanto mas justa cuanto es cada día mas necesaria. En vano he queri– do ahorrar la sangre de ambos exércitos, la angustia de las madres, esposas y familias de los que combaten por una y otra parte, y la desgracia de tantas inocentes víctimas, que deben participar los es– tragos de la discordia. Todo, todo ha sido infructuoso, como se os manifestará mas por extenso. Por consiguiente no queda más recurso que apelar -á la bravura americana, y decidir por la fuerza lo que no ha podido transigirse por los consejos de la razón. Pueblos del Perú! cuarenta días más de sacri– ficios y constancia bastarán para concluir una campaña en que nues– tras armas han obtenido señaladamente la protección del Eterno. Pen– sad que todo lo vamos á perder ó á adquirir en este período ·decisivo; y con tal convencimiento, tomad el partido que os dicte el amor á vuestra existencia, á vuestras familias, á vuestros amigos, á vuestra patria, y en fin, á vuestro honor. Los que entre vosotros hagan mayo– res sacrificios por la libertad, serán más dignos de ella, y tendrán más derechos á la gratitud universal. El enemigo tiembla por su destino: él ve que por el Sur la división libertadora no ha encontrado sino ene– migos que vencer y amigos que abrazar. El observa que su exército está dividido y sin moral, exasperado y sin recursos, y puesto en fin en la alternativa de perecer de hambre ó \de morir sin gloria. Las tro– pas que han venido a protegeros, se ha_llan por el contrario sedien- 245
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