Periódicos: El Pacificador, El Triunfo de la Nación, El Americano, Los Andes Libres, El Sol del Perú

4 las ilusiones del temor han tenido más influxo que la huinanidad y atenciones con que tantas v~es les ha inspirado confianza la conduc– ta del Exército libertador. Desearíamos que estos palpasen la univer– sal alegría y entusiasmo sin exemplo con que los habitantes todos de esta capital, sin excepción del más pequeño; han publicado que respi– ran ya. de la opresión que había intentado artificiosa y malignamente exterminarlos. Tan íntima es la pe~suación en que se hallaban de que el antiguo, sistema era el sistema del terrorismo, y qu~ los intentos del general Sán Martín no eran otros que destruírlo; á fin de que este pueblo pudiese sin obstáculo recuperar los derechos del hombre libre, y sancionar la suspirada independencia. El 29 del pasado fué derrotada en Y scuchaca una compañía del coronel Carratalá, quien fugó inmediatamente para Huamanga, á donde le perseguía el coronel Alvarado. Las tropas del exército español y las acantonadas en las forta– lezas del Callao, van desertando á toda prisa de sus filas y llegando á esta ciudad: Tenemos esperanzas muy fundadas para creer que la aproximación de nuestra caballería á el exército enemigo, producirá resultados de la lnayor importancia á la causa de la libertad. HEROISMO MILITAR. TRESCIENTOS espartanos detubieron al exército de Xerxes en el paso de las Thermópilas. Excepto uno solo que se fugó, todos los demás murieron allí con su, rey Leonidas, á quien Xerxes tubo la co– bardía de mand·ar ahorcar, en vez de erigirle una estátua que mere– cía. También es cierto que estos trescientos Lacedemonios (que guar– daban un paso escarpado donde á penas podían subir dos hombres juntos) estaban sostenidos por un exército de diez mil griegos, dis– tribuídos en puestos ventajosos en medio de los .peñascos de Osa y Pelion; y aún conviene observar que había cuatro mil de ellos en las mismas Thermópilas. Estos cu·atro mil perecieron después de haber peleado largo tiempo, y se puede asegurar que hallándose estos en un parage menos inexpugnable que el de los 300 espartanos, adquirieron en él más gloria todavía, defendiéndose más á descubierto contra el exército Persiano que los derrotó completamente. Twmbién en el mo– numento, erigido después sobre el campo de batalla, se hizo mención de estas cuatro mil víctimas; y hoy día sólo se habla de los trescientos. U na acción más memorable todavía, y mucho menos celebrada, es la de 50 Suizos, que en 1315 en Morgate derrotaron todo el exér– cito del archiduque Leopoldo de Austria, compuesto de veinte mil hombres. Ellos solos trastornaron la caballería á pedradas desde lo al– to de una roca; y dieron tiempo á que mil y quinientos Helvéticos de tres pequeños cantones viniesen á concluír la derrota del exército. Esta jornada de Morgate es más grandiosa que la de las Thermópilas pues es más hermoso vencer que ser vencido. .Los griegos ascendían á diez mil bien armados; y era imposible que en un país montañoso vi– niesen á las manos con cien mil persas. Pero en Morgate mil y cuatro– cientos Suizos deshacen un exército de veinte mil hombres. La pro– porción del pequeño número al grande aum·enta todavía la propor– ción de la gloria. ADVERTENCIA. Nos haUamos, por ahora, en la necesidad de su– plicar á los señores suscriptores que tengan la bondad de recoger su respectivo número en el despacho de este periódico; mientras toma– mos las providencias oportunas para que se les entregue en su casa, como hemos acostumbrado. LIMA: lMPRENTA DE RIO. 248

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