Periódicos: El Pacificador, El Triunfo de la Nación, El Americano, Los Andes Libres, El Sol del Perú

clav·ar y rem:icbat mejor; 1a España en ~1 cu.rso d.~ sus heróicos trabajos, qe tantos hechos extraordinarios, que por s.i solos deben formar un episodio interesantísimo en la historia, de que ~sta no dexará de &provecbarse,. la Es– pafJa dexó gozar p:'dfkarneote á el Pom1gal del ~ruto de su necedad, y mi\:ntras que ~l hombre sensato se compadece aun de los por~ugueses, y de su er:vilecimiento y suerte tan po· co rneredda , léjos de reflexionar so– bre uno y otro, el PortUgal 6e ha he– cho qno de los baluartes d,e la Ingla– terra , y se tiene en (l~echo para es– piar io que pása en España ( sin em– b.trgo de que nosotros nos conserva:. n~os en paz con todo el mundo ) , y presta sus tropas contribuyendo de este · mJdo á' que se realicen los sfoiestros desigoio~ del pérfido Albion ( L); for-. ma y de~plega , segun se dice , un cordon.- d~ doce mil hombres sobre sus :fronteras' que· qeben consíderarse co– mo uo exército de observacion (2), per– mite. el libre desembarco de tropas in– glesas en su territorio , y por último su gobierno publíca y sanc¡ona en el mismo Portugal y baxq la influencia de estos mismos extraognros , un edicto por el que se impone la pena de muer– te á todo ponvgués, que lea diarios ú otros cualesquiera papeles que sal.. gan de las pre~sas de E~paña.• ¿ De qué modo tomará nuestro so- (1) Los ingleses caminan baxo el principio que los crímenes políticos de~ xan de ser delitos , desde el momento en. que se ct·een nectsarios. bierno esta cQ11dncta hostil ? aun lo. ignoramos ; pero esto solo basta par-" que por . nuestra: parte vivamos· adver:O. tidos de las intenciones poco f.wora– bles d-el gabinete Anglo-Portugue~ há~ cia nosotros. ¿ No se dex~{ ver bien claramente la mala fé con qu~ o.ues– tros aliados del otro htdo de la mar se coinportan con un pudüo sup~rsticiosa· mente fiel , prohibiendole .los primeros. elementos · de tod~ instrucciop ·públlca, cosa que en Inglaterra sería el : m;is fuerte atentado contra la nacían mis· n.rn? En todos ti~mpos ,se ha opuest<>. .la inquisicion á la. lectura de escritos que de cualquier modo se dirigit'sen á aclararnos é ilustrarnos , de lo que so– los , c.i~rtos hipócritas interesadisi~io~ en retener .al hombre siempre en la ig:.. norancfa, serian·capaces de emprender; pero e.n el dia la inquisicion ingl~sa ~n P.ortugal es mucho mas terrible : vic– timas ~in conocerlo de ·SU credulidad, los portugeses ven con in'1iferencia el cuchillo que les amenaza · levan~ado ya.,. y pronto á caer sobre sus cabezas: sus verdugos disfrazados en protectores y ·amig_OS , siempre prontGS a darles el golpe fatal , redoblan su vigila'ncia á medida .<.1ue creen qu~ se aumenta el peligro. Como diestros conocedores de los resortes del corazon h~1maºn'o' estos is.~ .Jeños se 'aprovechan de las felices dis· posiciones de un pueblo valiente y Jea~ para cohvertir en su utilidad y prove· cho, y por medios y estrat~gemas las mas execrables , tqdos los recursos de ·esta nacion , que en el fondo despre~ clan·, y que no perderían la ocasiou de desolar , si algun dia los- porrugu.l~·, ses , bien penetrados de su:> v~rd;\de­ ros intereses y derechos , intent~sen sacudir el vergonzoso yugo ·que ~ufretl con tanta pacienc;ia. . . {Artículo inserto en .el Liber.al .Gul· (2) Parece que los ingleus tiene!J. tant9 miedo a nuestros escritos como á Ja peste ;y tlO les falta razon, porque semejantés a est-a plaga, que tantos in– dividuos quita á la Jociedad cumuJo rey– na, los escritos liberales po.drian igual· · mente . quitar en Portugal muchos es~ ,1avos á la Inglaterra. pt1%Coano ' • LIMA: IMPRENTA D~ _LOS HUERFANOS.. 44

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