Periódicos: El Pacificador, El Triunfo de la Nación, El Americano, Los Andes Libres, El Sol del Perú
2 rl señor pdor ~ctuat y uno de sus c:óasules ,. cmmifestándorne· el apuro y las estrechas circunstancias .de e~te asunto. Me anurJciaró~ que estaba pro– puesto á S. E. por la junta permanente corno uno de los arbitrios trazados en reNrac~on de l_as urgencia& públiczis; y al mismo tie::mpo , .que faltando ·tres días' para· la corporacion, tuviese á bien organizar un razgo compendio-;o, que con Ja ruina general hiciese ver la fa– talidad y pésimas consecuencias d~l proyecto. La verdad del caso, mi ver– dadero amor patriotico, el destino de la profesion, la ocurrencia de a.qut!llos representantes, la felicidad· comun, y sobre todo' vosotros a quienes he mi" tado y miraré como hermanos en el ordel) político ' todo me obligó á ex– tender, en ese efimero tiempQ , el pa– pel qµe agena mano dió al molde en el. N: 9! de este periódico, movida sin duda .de las propias no~edades que pro– curab~ depertar el pestilente complot de . los · proyectistas, y ;iprovechada acaso de los mLtchos manusc.ritos sa– cadas .de su original. Tuvo en aquel acto un . exito feliz; fué apoyado; rom· pió la tela ; despedazó le trama : y hé aquí el q1,1adro que despertó su cólera, ~ · diré mejor, la clavadora espina que le ha. hecho crumpir en espantosos ala– ridos. Sus errores son tan palpables, que casi no necesi ran de demostracion. El supone , que yo he. pedido y reclama– do en mi papel el cumplimiente de la l<ty ~/, tit. 27, lib. 9 de la recopi– lacion municipal ; y ~ la sombra de es· ta impostura pasd a texer un conjunto de inepcias y denoc;;taciones , que, se– gun la diversidad de t~ mperamentos, causara enojo en los uno<>, y hara rom– per en carcaxadas á los otros. Perua· nos: esta conJuera anda muy aparte dt: la politica, dt! esa virtud grande, que diri~e las .cosas al bien cottiun, al órden y a la honesta (dicidad de los p.ueblos. Nu~stro sábio maestro, nues– tro aparido Mentor, éste , que se ha puesto á ilustrar y corno doctrinar al Perú , parece anda muy distante de .conocerla. La pqlítica $e divide en ge- neral y particular, "º verdadera y fal· sa. La primera , dice sus respectos á ~· comunidad ó ·Union.··del tGdG · con 68 sus partes, en ~odos Jo~ ramos de su comprension : la segL,pda-·, al provechó y utilidad privada, reglada siempre por lo hone~to. A'nda rao_ unida y her– manada con la moral' que en sepa– rándose un punto, dexa de serlo; pa– sando del estado de virtud al de cri– J11en ; de fo bueno á lo malo ; de lo beneficioso á lo perjudicial ; en fin", de lo verdadero á lo falso. Tiéne fa moral general sus prin· cipios que andan enlaza.dos -con la po– lítica , y estos son los que clasifican al hórnbre de estado , al polit~co. Vedh;i: la practica de quanto exige el culto y el amor y reconocimiento al Criador que nos dió el ser: hacer y querer para los demás Jo que deseamos y queremos para nosotros : cuidar ho– nestamente de nuestra conservacion: encaminarse y dirigirse á la perfeccion. El primer respecto , prescribe al p~lí,• tico las obligaciones que · d-:icen referen– cia á' la religion. El segundo, lo q(1~ debe á los demas , ya sean conciuda.– danos, vecinos 6 extrangeros. El ter.. cero , regla la prudencia y firmeza del ánimo. Y el quarto, lo grande y últi· mo de la política. Si el político con.. culea la religion,. miná la base y ñrme apoyo del estado. Si es injusto y tor.. cido con sus semejantes, excíta el odio y causa una sentina de males que no se conforman con aquella. ~j es pere· zoso en la conservacion del estado, desplom'a el edificio. Y si no solicíta su perfeccion por medios honestos y justos , no saldrá de la mediania, ni tocara la felicidad de que soa capaces las sóciedades. Con conformidad á es· tos principios generales , está reglada la política ; á diferencia de aquellos otros respectos·, que aunqüe na dicen oposicion á estos , tienen otras relacio– nes paniculares, que los diversifican en sus términos. Asi que, la moral baxo un aspecto genérico, es :el. arte de nivelar sus acciones , cumpliendo con lo que se debe al Criador, al pró– ximo y á sí mismo. La polfti6'., la que hace y enseña la felicidad de un rey· no con connotacion á esas reglas; ~ asi; es una parte de la moral que res– tringe el bien á la soéiedad , que lla· marnos estado. Las otrás relaciones , ·V. g. de hijo, espóSo ' amigo·; h~mano '
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx