Primer Congreso Constituyente

140 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE 134 PROCLAMA DE LA JUNTA GUBERNATIVA LA JUNTA SUPREMA DE GOBIERNO A LOS PERUANOS Peruanos: Desde que el pueblo nos honró con su confianza ponien– do en nuestras manos las riendas del gobierno, resolvimos acreditru· no con palabras sino con hechos nuestro celo patriótico, y nuestro pu– ro y ardiente voto por la felicidad de la República. Todo se dispuso; to– do anunciaba próxima su salud; pero el cielo quiso retardarla. Conciudadanos: el ejército va a emprender nuevas operaciones. Un aliento sobrenatural le anima, porque tiene que vengar una nueva inju– ria. El Sol del Perú no puede ya sufrir un eclipse total; las nubes que pasan bajo de él lo ocultarán parcialmente un momento, para presen– tarlo luego con mayor resplandor. Los enemigos hacen esfuerzos extraordinarios como convulsiones de un cuerpo que se disuelve, envolviendo en su ruina a nuestros des– graciados hermanos, que sófo esperan el impulso de nuestros brazos para romper sus cadenas. Ahora es, cuando nosotros debemos manifes– tar ese noble ardimiento, que sólo sienten las almas libres, y ese des– prendimiento generoso, propio sólo de republicanos. Las necesidades crecen, es verdad; los recursos escasean; pero el patriotismo tiene en sí un fondo inagotable. No penséis en los males y privaciones que son necesarios; pensad sólo en los bienes inapreciables que vais a repor– tar; el triunfo de la causa, la independencia y la paz. Considerad las calamidades que sufre y llora el país que ocupan los enemigos, a manera de los árabes y vándalos sus progenitores: y calculad los males que os esperan si penetrasen nuestro recinto como conquistadores. Compatriotas: renovad el entusiasmo del 7 de setiembre que deci– dió para siempre de nuestros destinos. Corred todos a las armas; ya sabéis por una triste e:,tperiencia, que nuestros opresores no entienden medio de tratar y convenirse sino con el cañón, suprema razón de los tiranos... y la única también, que puede refrenarlos. Ya habéis visto a vuestros hijos inflamados de espíritu marcial: reunidos a la sombra del estandarte patrio marchar a sus cantones con tanta serenidad, como si no oyesen los clamores de sus madres y es– posas; y con tanta fiereza, como si ya marcharan a los combates. Loor y gloria a los beneméritos jefes y oficiales de los cuerpos Cí– vicos, que sólo respiran honor y amor de patria en los mayores peli– gros.

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