Primer Congreso Constituyente
16 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE secretario.- Excmo. Sr. D. José de San Martín, Generalísimo de las ar– mas del Perú. 7 COMUNICACION DE SAN MARTIN AL CONGRESO CONSTITU– YENTE ACEPTANDO, UNICAMENTE, EL TITULO DE GENERALI– SIMO DE LAS ARMAS DEL PERU, MAS NO EL EJERCICIO DE TAN ALTA CLASE Señor.-Al terminar mi vida pública, después de haber consignado en el seno del augusto Congreso del Perú, el mando supremo del esta– do, nada ha lisonjeado tanto mi corazón, como ,el escuchar la expre– sión solemne de la confianza de Vuestra Soberanía en el -nombramiento de generalísimo de las tropas _de mar y tierra de la nación, que acabo de recibir por medio de una diputación del cuerpo soberano. Yo he te– nido ya la honra de significarle mi profunda gratitud al anunciármelo, y desde luego tuve la satisfacción de aceptar solo el título, porque él marcaba la aprobación de Vuestra Soberanía a los cortos servicios que he prestado a este país. Pero, resuelto a no traicionar mis propios sentimientos, y los gran– des intereses de la nación, permítame Vuestra Soberanía le manifieste que una penosa y dilatada experiencia, me induce a presentir que la distinguida clase a que Vuestra Soberanía se ha dignado elevarme, lejos de ser útil a la nación, si la ejerciese, frustraría sus _ justos designios, alarmando el celo de los que anhelan por una positiva libertad, dividi– ría la opinión de los pueblos; y dism1.nuiría 1a confianza que sólo pue– de inspirar Vuestra Soberanfa con 18: absoluta independencia de sus de– cisiones. Mi presencia, señor, en el Perú co:i;i las relaciones del poder que he dejado y con _las ~e la fuerza, es incónsisterÍte con la moral del cuerpo soberano, y con mi opinión propia, porque ninguna prescindencia personal por mi parte, alejaría lqs tiros de la ·maledicencia y de la ca– lumnia. He cumplido, señor, la promesa sagrada que hice al Perú: he visto reunidos a sus representantes. La fuerza enemiga ya no amenaza la in– dependencia de unos pueblos que quieren ser libres, y que tienen medios para serlo. Un ejército numeras<? bajo la dirección de jefes aguerridos está dispuesto a marchar dentro de pocos días a terminar para siem-. pre la guerra. Nada me resta, sino tributar a Vuestra Soberanía los vo– tos de mi más. sincero agradecimiento, y la firme promesa de que, si algún . día se viere atacada la libertad de los peruanos, disputaré la glo– ria de acompañarles, para defenderla _ cpmo un ciudadano.
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