Primer Congreso Constituyente
DECRETOS Y COMUNICACIONES 25 ansia que los anima de concluir la grande obra en que están empeña– dos: La libertad del Perú. Este es el único objeto de su ambición, y el término de sus sacrificios; y puede el Soberano Congreso esperar jus– tamente por su valor y constancia, un resultado feliz de la uniformi– dad más decidida que entre fuerzas combinadas se ha visto en la his– toria de los tiempos. Como órgano particular del ejército de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que ha sido la cuna de mi carrera militar, tengo también el honor de poder asegurar al Soberano Congreso, que sus sentimientos son sin interrupción los mismos que lo obligaron a tramontar los Andes y surcar el Pacífico para hacer libres a sus hermanos del Perú, restitu– yéndoles los derechos usurpados por la tiranía; y que se promete dar muy en breve perfección a la absoluta independencia del suelo de los Incas, bajo los auspicios de la representación nacional de este Estado, a la que tributa sus más respetuosos homenajes. Tengo el alto honor de elevarlo al sometimiento del Soberano Con– greso, a efecto de que sirva de un público y auténtico testimonio del re– conocimiento debido de su soberana autoridad. Dios guarde al Soberano Congreso muchos años. Lima y Setiembre 23 de 1822.- Señor.- Rudecindo Alvarado 18 RESPUESTA DEL CONGRESO A RUDECINDO ALVARADO, GENE– RAL EN JEFE DEL EJERCITO UNIDO LIBERTADOR El Soberano Congreso ha oído con el mayor agrado la exposición de U. S. y de los bravos que bajo sus órdenes van a cerrar la campaña del Perú en el mismo punto donde el año diez y seis se abrió contra las armas de la Patria. La libertad del Perú hizo descender a U. S. por los escarpados An– des a la voz del Generalísimo San Martín; y ella misma va a hacer salir dentro de muy pocos días al General en Jefe del ejército Unido. Espera, pues, el cuerpo representante de la nación, que el triunfo sea consiguiente al valor y decidida constancia que garantiza U. S. y de que la nación Peruana tiene muy señalados comprobantes. En cuanto a lo demás, nunca ha dudado el Soberano Congreso de la adhesión, honor y delicadeza que distinguen a los inmortales jefes de los Andes, cuyas privaciones y fatigas merecerán siempre su aten– ción, y con particularidad las que sellaren la emancipación de las pro– vincias ocupadas.
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