Primer Congreso Constituyente
34 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE majestuoso, este acontecimiento inmortal recordará la historia con ad– miración: las generaciones venideras bendecirán a los Padres de la Pa– tria, que en medio del estruendo del cañón y de los horrores de la gue– rra, se dispusieron tranquilamente, despreciando los peligros, a dar el código sagrado. El ejército de la República Chilena, que tengo el honor de man– dar, está siempre dispuesto a combatir por la libertad del Perú. Prime– ro se sepultará en el campo de Marte, que dejar un solo enemigo en el país. Tales son las miras de mi gobierno, que dando la libertad a los mares, no ha perdonado los más grandes sacrificios por la de sus hermanos los Peruanos, a cuyos laudable fines ha sabido corresponder la voluntad de mis tropas. Aseguro a vuestra Soberanía que en mi ejér– cito acostumbrado a la gloria, no resuena más eco que el de la victo– ria, no teme las bayonetas de los tiranos: tiemblen los enemigos al pre sentarse las filas de los bravos del Maipú. Tengo la honra de ofrecer a vuestra Soberanía mis respetos. Ca– llao y setiembre 23 de 1822.- Señor.- Luis de la Cruz.- Soberano Congreso constituyente. CONTESTACION Impuesto el Soberano Congreso de la enérgica exposición de U. S. al ver en ejercicio la representación nacional, y el decidido empeño que anima a su gobierno, por el sostenimiento y progreso de la inde– pendencia del país; ha ordenado pongamos en noticia de U. S. tanto el beneplácito que le han merecido estos votos, como la segura confianza con que libra las últimas transacciones de la libertad en la valentía y entusiasmo del ejército que es tá a su mando. De orden de él mismo lo comunicamos a U. S. para su satisfac– ción.- Dios guarde a U. S. muchos años. Lima setiembre 27 de 1822.– ]osé Sánchez Carrión, Diputado secretario.- Francisco Javier Mariáte– gui, Diputado secretario.- Sr. Director General de Marina. 29 DECRETO DE LA JUNTA GUBERNATIVA APLICANDO PENAS A LOS DESERTORES Y A QUIENES LOS ENCUBRIESEN LA SUP~EMA JUNTA GUBERNATIVA DEL PERU Deseando contener la escandalosa deserción que se e:xperimenta en el día, e impedir sus progresos de que podían resultar males irrepa– rables;
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