Primer Congreso Constituyente

460 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE funciones, y el grave peligro de caer en el caos de la anarquía, cuando celosos los representantes no pueden formarse un voto general, o bajo el formidable peso de una faccion, cuando la minoridad prevalece o do.: mina a la mayoría. Sembrados están, dijo, de restos de ruinas agenas las veredas que vamos a cruzar, y recorrió rápidamente la historia de algunos congresos, que por falta de una organizacion interior regular han presentado resultados bien tristes para el espíritu humano. Dedu– jo de todo, ser de absoluta necesidad, que desde los primeros pa·sos es– tudien los representantes del Perú, conducirse a su objeto por medio del orden que inviolablemente deben observar en sus deliberaciones. Un sistema de policía interior el mas propio para prevenir, o reducir a su menor número los inconvenientes a que están sujetos los congresos desde el principio de sus operaciones, hasta sus últimos resultados: que facilite a todos los diputados el ejercicio de su inteligencia, y la in– dependencia de su opinion, en que todos sean lo que pueden ser, se pres– ten mútuos auxilios, y puedan obrar sin confusión: un régimen interior que imponga al cuerpo entero la necesidad de la reflexion, la modera– cion y la constancia en sus tareas, es la tabla que nos salvará del nau-_ fragio. Añadió: "Ella no es obra del momento, y debe encargarse por el Congreso a una comision que prepare los trabajos. Mientras esto se verifica, y debiendo dar principio hoy mismo a deliberaciones de la mayor trascendencia, es indispensable tener a la vista algunas de las instituciones o reglas principales generalmente adoptadas en las asani-: bleas deliberantes de mayor nombradía.,. E hizo una enumeracion cir– cunstanciada de lus respectivas a la iniciativa, debate y votación de las propos1c10nes. Concluyó, encargando a los espectadores un profundo silencio, por que si las galerías llegaban a tomar ascendiente en las deliberaciones del Congreso, el resultado sería la anarquía. Concluido este discurso, propuso · abrir los pliegos que dejó el ge– neral San Martín a su partida, y suscitada la duda, de si alguno de ellos contendría materia que tal vez no debiera hacerse pública, se resolvió despues de una ligera discusion, qu~ abriendolos el señor presidente, hiciera leer los ·que no contuviesen medidas de secreto. Vistos, se l~– yó uno del tenor siguiente. <<Señores.- Lleno de laureles en los campos de batalla, mi corazon jamas ha sido agitado de la dulce mocion que lo conmueve en este dia venturoso. El placer del triunfo para un guerre– ro que pelea por la felicidad de los pueblos, solo lo produce la persua– cion de ser un medio para que gocen de sus derechos: mas hasta afir~ mar la libertad del país, sus deseos no se hallan cumplidos; porque la fortuna varia de la guerra, muda con frecuencia el aspecto de las .mas

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