Primer Congreso Constituyente

464 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE SESION DEL DIA 21 Leida y apr<;>bada el acta de la anterior, se leyó la contestación acordada, cuyo tenor es el siguiente: "Excmo. Sr.- Enterado ·el Soberano Congreso de la exposicion de V. E. en que con extraordinaria moderacion enuncia admitir solo el Ti– tulo de Generalísimo de las armas del Perú, y no el amplio poder que envuelve, ha determinado se manifieste a V. E., que insiste en su reso– lucion, comunicada bajo el número 4. El Congreso no tiene por fortuna que detenerse en indicar siquie– ra la utilidad que reportaría la nacion, ejerciendo V. E. este empleo; pues que sobre la justicia, con que la América del Sur reconoce cuanto debe al triunfador de Chacabuco, e íntimamente convencida de que las aspiraciones de V. E. se han dirigido únicamente al establecimiento de su independencia, a la consolidación de su libertad, y al goce de los ine– fables bienes que puede proporcionarse un país, dictandose sus leyes. Así que, sin traer a consideración los inexcusables repetidos tes– timonios que V. E. ha dado de esta verdad, basta para su última com– probación, ver instalado el cuerpo representativo del Perú por la in, defensa solicitud de su libertador, quien sin ejemplo en la historia de las revoluciones, ha devuelto a la faz del mundo, el supremo mando, re– presentando sus eminentísimos servicios, solo con el objeto de que nin– gun diputado opine su continuacion en , tal alta magistratura; siendo in– dudable, que se encargó de ella contra los sentimientos de su corazon, y en atencion a las circunstancias en que se hallaba la capital del Perú en agosto de 1821. ¿Como podrá, pues, imaginarse, que invistiendose a V. E. con el nombramiento de Generalísimo, se frustren los designios del Congre– so: se alarme el celo de los que anhelan por una positiva libertad: se divida la opinion de los pueblos; y se disminuya finalmente la confian– za entre ellos, siendo la presencia de V. E. con las relaciones del po– der que ha dejado y con las de la fuerza, inconsistente, segun dice, con la moral del cuerpo Soberano? El nombre del General, que con el Sol del ocho de Setiembre arribó a la playa de Paracas, trayendo en su in– vencible diestra la independencia y la libertad del territorio peruano, es demasiado conocido, para que aún lejanamente pueda imaginarse la inconsistencia de su poder con la soberanía del Congreso, y con la mo– ral de los pueblos a quienes representa; pudiendo asegurarse, que solo la delicadeza del General San Martín es capaz de detenerse en un con– cepto que le hace un nuevo honor, si es que le restan, que no es así ciertamente, nuevas pruebas de su heroico desprendimiento.

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