Primer Congreso Constituyente

DIARIO DE DISCUSIONES Y ACTAS 471 viene a ser lo mismo que si él comisionase a otro u otros que no fue– sen de su seno. En una pálabra,esto en sustancia viene a reducirse so– lamente a coactar el voto de los representantes, de modo que su elec– ción haya de recaer precisamente en diputados, con exclusión de otro cualquier ciudadano. Si, por otra parte, los comisionados para el poder ejecutivo sub– sisten en el Congreso ejerciendo al mismo tiempo el legislativo; ¿que– dan o no inviolables? Esta es una incompatibilidad de mucha conside– ración. Inviolables por una parte y sttjetos a responsabilidad por otra; yo no alcanzo a entenderlo. Dejo a un lado la diversidad de atenciones en el Congreso, y en el gobierno al mismo tiempo, las cuales son notoriamente iµcombinables. Ni me detendré en reflexionar sobre las especiales aptitudes que re– quiere el poder ejecutivo: aptitudes que sería más fácil encontrar en– tre el gran número de los ciudadanos que entre los pocos aquí reu– nidos. Cuando los pueblos eligieron sus representantes, no pararon la consideración en escoger sujetos capaces de gobernar, sino ciudadanos de patriotismo y de luces para sancionar lo conveniente a su regene– ración política. ·La ciencia práctica de gobernar es otra cosa; vuelvo a decir que es más fácil hallarla en muchos que en pocos. Y aun caso que todos los que componen el Congreso poseyesen esta ciencia, pregunto: ¿la ten– drán sólo ellos? Esto parece que se daría a entender, excluyendo de la elección .a todos los demás ciudadanos. Se ha indicado el temor de que la elección pueda recaer en sujetos de cuya fidelidad y patriotismo podría dudarse. Esta razón no pare– ce que hace mucho honor a los electores, pues supone en ellos: o un .ciego interés, o falta de discernimiento, al mismo tiempo que puede motivar queja, y creo no infundada, al común de los ciudadanos, espe– cialmente a aquéllos que más han trabajado en la libertad de la Patria. Esa desconfianza en las elecciones -¿no hace sospechosos a todos los ciudadanos? ¿Quién dio la exclusiva de esta sospecha a solos los señores diputados? ¿Qué dirían, por ejemplo, los ciudadanos de Tru– jillo o de Arequipa, si se hubiese dicho: no se elijan diputados de aquel Departamento, porque puede recaer la elección sobre algunos de quie– nes se tema infidencia, y que puedan traicionar la confianza de la Na– ción? Parece que estamos en el mismo caso respecto de la elección para el poder ajecutivo, si, por igual razón, se quisie~e excluir de la voz

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