Primer Congreso Constituyente

ACTAS DE LAS SESIONES PUBLICAS 115 El Sr. Salazar y Baquijano reclamó el cumplimiento de la orden, en virtud de la cual se mandaron agregar Jos fondos de policía á los del Estado. Se mandó que se llevase a puro y debido efecto la expresada resolucion. Quinto: En orden á la consulta dirijida por el administrador de la Aduana al gobierno, sobre si la exaccion de derechos en plata que previene el artículo trece del Decreto de treinta de Septiembre á los efectos estranjeros introducidos despues de la publicacion, se entiende por el día en que fondearon los buques en el puerto del Callao, ó por el de la estraccion de Jos efectos de almacenes. La Comision dictaminó que los derechos se causan en el día que el dueño de los efectos no puede ya disponer de ellos, sin quedar sujeto al pago, sea de derechos generales, sea de transbordo, o reembarco: que ese día es el de la fecha del manifiesto y propiamente el de la intro– duccion que causa el adeudo. Se levantó la sesion pública y quedó el Congreso en secreta. Manuel Muelle Diputado Secretario SESION DEL DIA 19 DE DICIEMBRE Aprobada el acta anterior con cincuenta señores se dió cuenta del oficio del Gobierno y de las comunicaciones que acompañaba, dirigidas á él por el Coronel Don Antonio Gutierres de la Fuente, y por la Municipalidad de Trujillo, relativas al plausible suceso que el veinte y cinco de Noviembre libró al Perú del tirano Riva Agüero y sus infames complices El Coronel La Fuente expone que habiendo depuesto, y arrestado en la mañana de ese día a Riva Agüero, sus Ministros y <lemas alle– gados, al dar este paso que salvando al Perú redime un crecido nú– mero de inocentes victimas, se vió en la necesidad de ofrecer á los jefes y oficiales que por él se decidiesen que serían conservados en las graduaciones, que en el día Jos condecoren con otras consideracio– nes que exijian las circunstancias. Que asimismo pennitió por justas y poderosas razones del momento, que se embarcasen con destino a Chile Riva Agüero, Novoa, Tudela, Herrera, Anaya, Davalos, Torre Ugar– te, y Fray Eusebio Casaverde. I concluye con una idea de las fuerzas con que hasta entonces contaba; y de las medidas que había tomado para que se le agregasen las que aun no lo habían hecho.

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