Primer Congreso Constituyente
244 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE SESION DEL DIA 9 DE MAYO Abierta la sesión se aprobó el acta anterior. El Sr. Presidente expuso que la llamada del Libertador de Co– lombia hecha directamente por el Congreso, o partía del estado de sumo desorden en que se hallase el país, y este era muy injurioso al Gobierno, y a los Jefes militares, cuyo honor con esta medida se daría justamente por ofendido, o se procedía a llamarle por los ru– mores vagos que corren de que el Libertador tiene suspensa su ve– nida, del llamamiento directo del Congreso, y este paso a más de ser impropio de la (f. 60) circunspección de un Congreso que debe pro– ceder sobre principios más sólidos, ofende la nobleza del Libertador, suponiendo en primer lugar que las contestaciones dadas al General Por– tocarrero, y al Presidente de la República son hipócritas, y en segundo lugar que estando de por inedio la salvación del país, que se espera de su venida, no ha exigido de un modo franco y terminante la circuns– tancia de que se trata para que removido prontamente este impedimen– to tenga lugar su venida que se le ha indicado por el Presidente de la República ser de la mayor urgencia. En cuya virtud opinaba se sus– pendiese esta resolución hasta que recibido públicamente el Plenipoten– ciario de Colombia, se viese si traía o no instrucciones para entenderse directamente con el Congreso, en cuyo caso éste podría obrar de un modo más decoroso y más seguro. El Sr. Orué dijo: que aunque le parecían vigorosas las razones del Sr. Presidente, Je parecía también de mucha urgencia la pronta venida del Libertador, y por tanto pedía se votase su propasición. El Sr. Ortiz, apoyó la exposición del Sr. Presidente: expuso que pues el Gobierno había dado un paso que convenía al bien de la República, era preciso que se le sostuviese y no se le dejase en des– cubierto. El Sr. Otero: que estaba muy distante de presumir que el lla– mamiento por el Congreso desacreditase al Gobierno y a los Jefes, ni que introdujese la anarquía; que por el contrario creía que la anarquía era inevitable, si no se llamaba al Libertador; que no en– contraba motivo para diferir este paso, pues estaba seguro de que el Ministro Plenipotenciario no traía instrucciones alrrunas de la natu– raleza que se habían indicado; y que el Libertado; (f. 60 v.) si no había exigido de un modo terminante la circunstancia de que le lla– me el Congreso, tampoco hubiera sido éste un paso político, ni pro– pio de su delicadeza. El Sr. Colmenares: confirmó la opinión anterior, y añadió que en– tre los mismos Jefes del Ejército había quienes ansiaban la venida
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