Primer Congreso Constituyente

116 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE Arequipa, Dn. Alfonso Cárdenas por el de Huamanga, D. D. Tiburcio Jo– sé de la Hermosa por el de Huaylas, Dn. Ignacio Ortiz de Zevallos por el de Lima, D. D. Francisco Herrera y Oricain por el de Huamanga, Dn. Bartolomé Zárate por el de Huamanga, Dn. Joaquín Paredes por el del Cuzco, Dn. Francisco Pastor por el de Arequipa, D. D. Bartolomé Bedo– ya por el de Arequipa, Dn. Ignacio Alcázar por el de Puno, D. D. Nico– lás Aranibar por el de Arequipa, Dn. Tomás Forcada por el de Lima, Dn. Francisco Rodríguez por el del Cuzco, Dn. José Rafael Miranda por el de Huamanga, Dn. José Mendoza por el de Huamanga, Dn. Miguel Otero por el de Tarma, Dn. Toribio Dáva~os por el de la Costa, Dn. Tiburcio Arce por el de Huaylas, Dn. Rafael Mancebo por el de Tarma, Dn. José Lago y Lemus por el de Tarma, Dn. Manuel Echegoyen por el de Huay– las, Dn. Toribio Alarco por el de Huancavelica, Dn. Manuel Ferreyros por el del Cuzco. Todos los cuales a la hora señalada se dirijieron del palacio a la Santa Iglesia Metropolitana a implorar la asistencia divina, mediante la misa ·del Espíritu Santo, que celebró el Dean gobernador eclesiástico del Arzobispado. Después de ella, cantado el himno Veni Sancti Spiritus y hecha una breve exhortación por el mismo gobernador, el Ministro de Estado y relaciones exteriores pronunció en alta voz la siguiente fórmula del juramento: ¿"Jurais la Santa Religión Católica "Apostólica Romana, como propia del Estado: mantener en su integri– "dad al Perú: no omitir medio para libertarlo de sus opresores: desem– "peñar fiel y legalmente los poderes que os han confiado los pueblos: y "llenar los altos fines para que habéis sido convocados"? Y habiendo res– pondido todos los SS. diputados: Si ;uramos, pasaron de dos en dos a to– car el libro de los Santos Evangelios. Concluido este acto, dijo el Pro– tector: "Si cumpliereis lo que habéis jurado Dios os premie: y si no El y "la Patria os lo demanden". El gobernador eclesiástico entonó consecuti– vamente el Te Deum que siguió el coro en cuyo momento se repitió en la plaza mayor una salva de 22 cañonazos, renovándose en la del Callao y buques de la Armada Nacional, y contestando en la ciudad un repique general que continuó hasta llegar al salon del Congreso los SS. diputa– dos acompañados del jefe supremo, comandantes de los buques de gue– rra de las naciones europeas que se hallaban anclados en el puerto, Ge– neral en jefe del Ejército, Director general de Marina, Alta Cámara de Justicia, y todas las demás autoridades civiles y eclesiásticas y corpo– raciones del Estado, cubierta la carrera de tropa y colgadas las calles con la mayor decencia. El protector ocupó la silla que estaba bajo del dosel, con una mesa al frente, a cuyos lados se sentaron los ministros de estado, y los diputados en sus respectivas sillas, colocándose la de– más comitiva en los asientos fuera de la barra, así como un concurso numeroso en las galerías.

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