Quinto Congreso Internacional de Historia de América

SIGNIFICADO HISTÓRICO DE MICAELA BASTIDAS 99 La Historia recuerda a Micaela Bastidas como la esposa de un precursor de la emancipación y como la mártir en el día trágico en que se cumplió la horrible sentencia de Areche. La vemos como mujer su– friendo el suplicio de sus familiares y marchando estoica a la muerte. Pero la olvidamos como líder revolucionaria. C:reemos que si figura en los libros de la historia no es por su horripilante desenlace en el dra– ma, sino por su labor en el campo de batalla que compartió con su esposo. MICAELA BASTIDAS: LUGARTENIENTE Entre el 4 de noviembre de 1780, fecha en que se inicia la r~be– lión con el apresamiento del corregidor de Tinta, y la victoria de San– garara, el 18 del mismo mes, sobre un ejército español de más de dos mil hombres, José Gabriel Túpac Amaru es el héroe indiscutible. Tiene a la ciudad del Cuzco en sus manos, pero prefiere regresar a Tungasuca. Luego, al parecer para vigorizar su movimiento, se dedica a recorrer los pueblos comarcanos. Desde ese momento surge con caracteres ní,., tidos la personalidad de Micaela Bastidas como dirigente revoluciona– ria. Se rodea de un grupo de "escribientes" para formular la nutrida correspondencia que es necesaria en esos momentos culminantes de la revolución. Desde Tungasuca, Pomacanchi, Tinta, Quiquijana y otros lugares escribe casi a diario a Túpac Amaru informándole sobre las providencias militares que vienen tomando las autoridades españolas para sofocar la rebelión; organiza un sistema de espionaje que abarca la ciudad del Cuzco para conocer los movimientos de tropas enemigas, todo lo cual informa a su esposo, recauda fondos, reune provisiones y forma nuevos batallones con los hombres que a diario se pliegan al mo– vimiento o que son enviados por fieles partidarios a quienes ha soli– citado su colaboración revolucionaria. Solícitamente atiende con presteza las peticiones del líder. Unas veces requiere dinero, en otras provisiones, soldados, fusiles, cañones, pólvora, etc. Incluso pide le remita la bandera de la revolución "bien surcidita". En una carta del 27 de noviembre le solicita que envíe toda la gente disponible a defender el cerro de Chullocani y que "no se des– cuide de despachar gente a hacer guardia en los. caminos de la quebrada... Le pide la remisión del cañón grande que trajeron de ·Quispococha, con toda su provisión de asientos o carroza, balas y pólvora, incluyend() al experto en manejar esa arma don Juan Antonio Figueroa, quien en los combates habrá de ser traidor a la causa revolucionaria. Unas veces a pie y otras veces a caballo .Micaela Bastidas re– corre los pueblos circunvecinos para conseguir los bastimentas que se requieren para la guerra o para levantar el ánimo de los pue-

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