Quinto Congreso Internacional de Historia de América
114 LORENZO HUERTAS VALLEJOS Del documento transcrito podemos concluir en lo siguiente: a) El rápido enlace entre las autoridades de Andahuaylas, Huamanga, Huan-– ta y Tarma que fusionaron esfuerzos para prestar ayuda a los cuzqueños que tanto la necesitaban en aquel entonces. Además, es necesario men-– cionar, que no sólo prestaron ayuda las autoridades sino que tam-– bién intervienen como "fieles vasallos" los obrajeros, los hacenda– dos, los mineros quienes prestamente, de una u otra manera, ayudaban a armar hombres que debían ser enviados posteriormente al Cuzco. El triunfo del gran rebelde significaba para ellos el fin de sus lucrativos negocios. b) En cuanto al clero ayacuchano desconocemos su partici-– pación. c) Los comerciantes, en Huamanga constituían un número con-· siderable; permanecían alejados de la corona a causa de las leyes dadas por ésta que los perjudicaban. Sospechamos que de una u otra manera les interesaba un cambio y que los pasquines y el rumor de tumulto de días anteriores pudo, tal vez, ser auspiciado por ellos. d) Otro punto que salta a la vista es el relacionado con el indígena. En una parte del documento se dice que debe quitarse a los indígenas todas las armas. En un trabajo que estamos preparando "Contribución al estudio de los Movimientos campesinos en Ayacucho", demostramos que el campesino entabló luchas desde los inicios de la colonia contra quienes lo explotaban. Las autoridades humanguinas años atrás habían experimentado amargos días de incertidumbre cuando los indígenas de la región de Acón se levantaron; la experiencia había enseñado al español que el indíge-– na armado era un peligro inminente, por tal razón prestamente exortólos para que entregaran las armas so pena de fuertes castigos. Después de las sesiones ya comentadas el cabildo se reune los días 29 y 31 de· diciembre de 1780. En la primera sesión se presentan los títulos para regidores de la ciudad; estos títulos se lograban por compra en los remates que el Cabildo hacía, lo que dejaba buenos di-– videndos a la corona. En la segunda sesión se leyeron las Ordenanzas de Toledo, acto que todos los años era repetido desde que Don Fran-– cisco de Toledo lo instituyó en la segunda mitad del Siglo XVI, y re-– sultaba cuestión previa y obligatoria antes de elegir a los nuevos alcal-– des para el año venidero; también en esta sesión se preparó todo lo conveniente para la elección del día siguiente. El dos de enero de 1781, nuevamente se reunieron los cabildan-– tes para continuar la· elección que el día anterior había quedado incon-– clusa; en esta oportunidad se eligieron autoridades de las parroquias de Santa Ana, Santa Magdalena, y de los pueblos de Chiara y Huas-– caura. También fueron presentadas las cuentas de la ciudad por Don Domingo de Ordozgoyti y se leyó la siguiente carta:
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