Quinto Congreso Internacional de Historia de América
132 ALEJANDRO MÁLAGA MEDINA garon nuevas y más pesadas extorsiones: Aduanas y Alcabalas que agotando la paciencia de los pueblos hicieron subir el hervor revolucio-– nario y produjeron estallidos aislados en toda América. De Angelis, en la "Relación Histórica de Túpac Amaru'' dice: que los clamores de los comerciantes contra los nuevos gravámenes y de los indios contra la explotación inicua de los corregidores no cons-– tituían un fenómeno meramente fiscal, sino que se prestaban gratos los oídos a las voces de libertad e independencia que penetraron en los ánimos y corazones de todos". Areche tuvo que actuar ante la labor revolucionaria, faltándole el tino suficiente para enfrentar este problema. A su actividad fiscal se debe, en gran parte, el surgimiento de los movimientos revolucionarios de América. Logró elevar considerablemente, en el año de 1779, los ingresos de la Real Hacienda. Pocas son las medidas que contribuyeron decisivamente a fomentar el espíritu revolucionario en el Perú, contra España, como las del Visitador Areche que, incluso, quiso disputar la autoridad al Virrey, por io que se hizo muy temido y poco apreciado. El aumento de la alcabala y aduana trajeron, como lógica con-– secuencia el descontento general. La alcabala se elevó del 4 al 6%; y la aduana fue elevada hasta el 5% sobre las mercaderías que ingre-– saban a los corregimientos. Esta disposición regía desde el 26 de julio de 1776. Para el cobro de estos gravámenes se crearon las Reales Adua-– nas. En Arequipa, se proyectó su establecimiento durante el gobierno del Virrey Amat mediante el Rieglamento de Ordenanzas de Aduana de 1775, para cobrar las tasas conforme se hacía antes. Sin embargo, en 1779 se determinó S'.:i establecimiento, lo que sólo pudo efectuarse el 1 9 de enero del año siguiente. Nombróse como Administrador a Dn. Juan Bautista Pando, que entonces ocupaba el cargo de Contador del Viento de la Administración General de Reales Derechos de Lima y a D. Pedro de la Torre como Oficial Mayor Interventor. Pando cumplía al pie de la letra las disposiciones emanadas de Areche. En el viaje de la costa a la ciudad de Arequipa, el administrador Pando permaneció en Camaná, Majes, Siguas y Vítor demostrando un excesivo celo en el cobro de los tributos que no vaciló en averiguar los más insignificantes índices de la producción agrícola, tasando, incluso, la alfalfa que crecía entre las viñas y en las huertas. Todo lo hacía mediante declaración jurada. Esta situación fue creando el descanten-♦ to en la ciudad de Arequipa. Al mismo tiempo, Areche ordenó a Sematnat que visitara perso.– nalmente a los indios naturales y forasteros y empadronara a los zam--
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