Quinto Congreso Internacional de Historia de América
AREQUIPA Y LA REBELIÓN DE 1780 133 bos, cholos, mestizos e indios para que pagaran tributo. Por esta situa– ción, el corregidor ofreció a todos los curas de la provincia para que facilitaran los libros de bautismo y matrimonio; de esta manera se hizo pública esta comisión que tenía el carácter de secreta. Al efectuarse el cobro de tributos las reacciones fueron dos: Primera, la de los mestizos, cholos e indios, que se veían total– mente empobrecidos y deudores del fisco; y, Segunda, que muchos mestizos eran descendientes de hidalgos y caballeros honrados que pertenecían a las esferas elevadas de la sociedad arequipeña, por lo que consideraban una afrenta el ser considerados como tributarios; era el peor insulto que se les podía hacer. Esto sig– nificaba no sólo el pago de cierta cantidad de dinero, sino el recono– cimiento del señorío ajeno y la aceptación del vasallaje. Pando y la Torre arribaron a la ciudad de Arequipa a fines de 1779, causando impacto en la población por la petulancia de que ha– cían alarde. Urbicaín al respecto comenta: "Desde que llegaron a esta ciudad se decía por ellos mismos que venían a poner la renta de alca– balas en un aumento considerable y que ya no habría en adelante las contemplaciones de los Oficiales Reales y empezó con tanta tiranía e imprudencia, que cobraba alcabala de todos los comestibles, bayetas, jergas, etc., en fin, de todas las cosas que traen los indios propias de sus cosechas y trabajo, haciendo unos avalúas sumamente subidos, de modo que ni aún los granos de las haciendas de esta ciudad y viñas de Vítor, que estaban encabezonadas, se libraban de pagar alcabala a razón del 6%" (5). Sematnat, sin meditar en los resultados, en diciembre de 1779 se dirigió a Tiabaya a empadronar a los mestizos, cholos, indios y zam– bos, dando así cumplimiento a las disposiciones del Visitador Areche; para esto se valió de los libros de bautismo y matrimonio que le fueron proporcionados por el párroco del lugar. Sólo efectuó la revisita y em– padronamiento de los indios, no pudiendo continuar con los zambos y mestizos, como muchos suponían, pues, la aparición, en la puerta del templo, de un pasquín que decía: "Oh. Poderoso Jesus. como permites susistan a nuestra ley agresores? Licencia os pido mi Dios y el perdón te lo suplico que a Sematnat degollado con sus corchetes de estopa los veréis en tu jusgado. Tened vivientes por cierto que reparto no paguéis y al corchete que cobrare la cabeza le voléis sino la tuya paguéis" (6).
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