Quinto Congreso Internacional de Historia de América

148 ALEJANDRO MÁLAGA MEDINA rrendo sacrificio de seis inocentes. De la cárcel fueron sacadas las víc~ timas y llevadas al patíbulo donde fueron sacrificados; luego, sus cuer~ pos fueron colgados en dos de las tres horcas que se levantaron para tal efecto. La sangre de estos seis inocentes regará todos los confines del Virreinato peruano y pronto se dejarán sentir voces de protesta en toda América del Sur. Al conocerse la sentencia, el pueblo arequipeño la puso en duda. Los clérigos que acompañaron a las víctimas, con frecuencia solían decir que "in verbo sacerdotis" podían jurar que se les dio muerte injusta~ mente. Se había cometido un horrendo asesinato con estos indefensos indios, sólo con el único propósito de calmar los clamores justos del pueblo. Desde el punto de vista jurídico, la sentencia también resultaba injusta por la simple razón de que no se había consultado a la Sala Real del Crimen antes de ser ejecutados. Al siguiente día se levantó en la ciudad una voz general pidien~ do que saliesen el Administrador de la Aduana, Pando, y el Oficial Mayor Torre. En circunstancias tan críticas, Sematnat atendió al pue~ blo y ordenó que Pando saliese aquella noche, el mismo que se dirigió a Moquegua; Torre, que se encontraba enfermo en el hospital de los Hermanos de San Juan de Dios, lo hizo el 23 con dirección a Lima. Para el día 20 se esperaba la protesta de los indios de las pa~ rroquias de Santa Marta, Yanahuara, Cayma, Chiguata y otras, según lo anunciaban varios pasquines, por lo que el corregidor dobló la vigilan~ cia y tomó todos los medios de seguridad necesarios. Dos días después llegaban del valle de Tambo 150 a 180 hombres· para colaborar con la caballería de la ciudad y resguardar las entradas principales hasta el 28 de dicho mes. El Corregidor anunciaba al pueblo la salida de Pando y Torre (33). Pese a ello los pasquines continuaron apareciendo y Sematnat tuvo que ofrecer mil pesos a quien denunciara a su autor. Quienes se han ocupado de los movimientos subversivos de Are~ quipa en el año 1780, consideran, en su mayoría, que éstos terminaron el 20 o 22 de febrero de dicho año. Esto no es cierto, pues, continuaron hasta diciembre; así tenemos que el 2 de febrero aparece el siguiente pasquín: "A Vos el Samana os decimos qe de tu palabra de onor, emos fiado. Pero por los apuntes de los camineros, Desconfiamos. Que aunque en nombre de S. Magd prometis~ te se quitava pecho de aguardientes y toda vos de Aduanero. Que es lo que pedimos. Os prevenimos que por auto pregonado y fixado en las esquinas, quedaremos satisfechos, I prontos a Tu vos. No asiendolo asi guarda tu cavesa, con las de

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