Quinto Congreso Internacional de Historia de América
TÚPAC AMARU., TÚPAC CATARI., TOMÁS CATAR! 159 y luego pasaron a La Paz, a reforzar a Túpac Catari; pero éste siem... pre les guardó algún recelo. También vemos a un tal Miguel Guamansongo, "comisionado del principal rebelado Tupaamaro", quien era contrario a Túpac Ca... tari "por titularse de Gobernador o Corregidor" (8). A Catari dis... gustaron -evidentemente- varios emisarios y jefes de Chumbivilcas y Azángaro que fueron al altiplano con órdenes de José Gabriel y Diego Cristóbal. Otro caso es el del "tuerto Pedro Obaya, quien vino de Azán-– garo con el nombre fingido de sobrino de Tupaamaro, cuyo soldado había sido, y vino a entremeterse en la sublevación como cabeza, hom-– bre muy caviloso y preciado de valor quien dio la idea de las invasio-– nes nocturnas y del combate fingido entre los mismos alzados". No obstante tan buenos méritos bélicos este jefe rebelde también proyectó una acción propia pues se prnpuso "arrollar a Túpac Catari y supe-– ditarle atrayendo a su partülo las comunidades de indios" (9). Quizá por eso -ante los indios- a veces se hacía llamar Guaina Capac ( 10). La cosa acabó en el apresamiento del tuerto Obaya y duros castigos corporales ejemplarizadores. La pugna entre quechuas y aimaras era antigua, pero no cabe duda un hecho: las disensiones en las comarcas altiplánicas se ahon ... ciaron desde que el plebeyo Apaza tomó el nombre -de Túpac Catari. y se convirtió en el cabecilla de los alrededores de La Paz. Era per-– sonaje de magnetismo singular. Los Túpac Amaru tuvieron entonces que actuar para salvar la unidad del movimiento. Diego Cristóbal Túpac Amaru desde Azán-– garo remitió a Miguel Túpac Amaru y éste "sojuzgó a dicho Túpac Catari, rebajándole al empleo de Gobernador" ,( 11). Venía esa vez el emisario inca con "seis coroneles indios y cholos de las provincias de Azángaro, Chumbivilcas, Carabaya, Larcaja y Omasuyos" ( 12) y acampó en Sorata, ciudad que sitió, como hemos señalado. Los "incas" Túpac Amaru asumieron entonces la jefatura máxi-– ma de la sublevación en todo el altiplano; de mala gana, quizá, habría aceptado Túpac Catari esa jerarquización, pero nada hizo abierta... mente por romperla. De todos modos, los problemas surgieron de modo indirecto en fecha posterior, al negarse -como hemos visto- a en-– viar un pedrero al cerco de Sorata, que era dirigido por Andrés Túpac Amaru. Todos estos hechos explican su detención y permiten apreciar la profundidad de las pugnas. Felizmente, el factor humano, jamás ajeno a la política, desempeñó esa vez un rol providencial para unir a los rivales. Una mujer hubo de jugar un papel decisivo.
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