Quinto Congreso Internacional de Historia de América

EL PREBENDADO DE LA CATEDRAL DEL CUZCO 193 sea la del. Cuzco, por su localidad y antiguedad el Punto del Angulo de su reunión con la divisa de los dos soles el del Oriente por la costa de Buenos Ayres, y el del Occidente por el de la de Lima encadenados con una A, que signifique De sol a sol es nuestro Imperio Peruano, así como Montevideo tenga un solo sol con el membrete: A.qui nace nuestro Imperio Peruano y Buenos Aires el de alumbrando a nuestro Imperio Peruano y al de Lima, Aquí hace el ocaso de nuestro Imperio Pe– ruano. Y, también para que en esta del Cuzco se establezca con las pro– porciones de su localidad, unas constantes y perpetuas Cortes de los Diputados Trienales de todas las expresadas Provincias para cortar siem– pre el Despotismo deuorador de las Monarquías y por ellos se elija en sus generales juntas, no solo el género de Govierno que deba contri– buir para nuestra seguridad, sino es el que también por ellos siempre sin aceptación de individuos ni lugares, se nombre y elija del modo más oportuno y determinado las comisiones y Personas que hayan de cxercer toda clase de Autoridad en este nuestro basto Imperio Peruano y las Embajadas necesarias con las demás Naciones Americanas, y Europeas, según lo exige el derecho de las gentes y su comercio: Como igualmen– te sus concilios Nacionales en cada diez años, para restablecer la Disci– plina Eclesiastica y al amparo y protección de estas sus soberanas cor,.. tes, así por la imposibilidad de los recursos del Romano Pontífice. como por que solo es el, el Centro de la Fé. más no es Roma el de la Disci– plina de la Y glesia com0 se advierte en sus primeros siglos, y en la Doctrina de sus Santos Escritores= A la unión pues os convida el Eu– ropeo Americano más amante del Pais que le alimenta hace dies y seis años, y el que por su Justicia hace casi otros tantos, está padeciendo como es de público y notorio, y el que aunque lleno de temerarias impo– siciones por el Govierno anterior no lo han podido entumecer ni las Carceles, ni los calabozos, ni las contumelias, ni la perdida de sus ho– nores, ni sus intereses, ni toda clase de trabajos que ha sufrido de los tiranos de la Justicia de la Patria que le daba su subsistencia, tal es su debido reconocimiento, y el que por estos padecimientos espera en el Señor ser colocado entre los bienaventurados que paciesen por la Jus– ticia. A la unión pues de nuestras fuerzas que unidas estas son mucho mayores que las que nos puedan enbiar nuestros enemigos, si estos como enloquecidos de ver que se les quita la autoridad de su Infernal despotis~ mo, nos amenazan con la venida de dos cientos mil Europeos; nosotros los podremos con mas verdad amenazar, a estos nuestros agresores c011 catorce millones de defensores de nuestros naturales y sagrados dere– chos y los diezmos como los Balerosos Macabeos, que siendo más fácil y justo defender m1estros hogares y subsistencia a toda costa de muertes y suplicios que el surcar mares inmensos y acometernos y robarnos, no

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