Quinto Congreso Internacional de Historia de América

EL PREBENDADO DE LA CATEDRAL DEL CUZCO 205 por el mismo a el ocho del propio mes de mil ochocientos catorce de orden de su propio Obispo, con toda solemnidad y aplauso según or– denanza y ceremonial romano.- Sermon.- In fide et Jenitate santum fecit illum et elegit eum ex omni carne, etc. capítulo quarenta y cinco== En la fée y en la lenidad lo hizo Santo, y lo eligió de toda la carne, esto es sin aceptación de per– sonas ni lugares= Por estas palabras en las que el Eclesiastico forma un hombre Santo, lo elige sin aceptación de personas, y lo hace aparecer grande a la presencia de todas las gent~s parece que las propias con las que en esta feliz epoca el todo Poderoso establece este su Imperio Pe– ruano, in f ide et lenitate, y también lo forma de la extirpe de todas las Naciones, et elegit eum ex omni carne. Si señores aquella inexcrutable Providencia a la que si antes de los tiempos humanos previó esta Nues– tra Patria insurrección como cosa suya, también parece el que en el mismo instante en el que aparecieron los siglos a los hombres; y en aquel punto posterior, en el que la diversidad de sus lenguas obligó a la dispersión de sus familias, a que estas paulatimamente poblaron el uni– verso bajo unas, e individual descendencia esta misma e inexcrutable Providencia digo es, la que fue preparando el día de hoy por una larga succesión de siíllos en la Peninsula, esto es ( halla en el finis terre de las dos Asias y de la Europa) una colución de gentes de todas razas= Si atendemos a las historias más antiguas ellas nos instruyen sin la menor duda el que la Asia pobló a la Europa, y a el Africa, y el que los Españoles somos hijos de los Fenicios; e igualmente los libros sa– grados nos afirman que por el oro y la Plata de que se hallavan re– pletos nuestros Pirineos vinieron a la España los Orientales, y asi mismo es constante que por esta conocida riqueza con la salubridad de su clima y la feracidad de su suelo fueron el obgeto para que succesiva– mente las Naciones le invidiasen su dominación, y a su consequencia los Cartagineses por la parte de su Meridional, los Godos por la de ::;u Norte, los Sarracenos por la de su Oriente y últimamente toda la Mo– rería, Barbaría ocupasen succesibamente una y otra vez nuestra Penín– sula;_esta diversidad de Naciones y cultos ofuscaron hasta nuestra na– tiva lengua y costumbres, y se puso toda ella en tal extremo de confu– ción que no pudo esclarecer con seguridad hasta la quarta generación de las más ilustres de sus familias; en todas ellas se reconocían el que entre el blanco y rubio de lo Europeo se hallaba esmaltado lo amarillo, Y membrado de lo Asiatico y lo tostado, y crespo de lo Africano; y siendo Señores la Península et fines terre, de la tierra conocida; fue al mismo tiempo el depósito que la inexcrutable providencia iba forman– do para repoblar de todas las gentes este su bastísimo continente ame-

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