Quinto Congreso Internacional de Historia de América
UN PRÓCER DE LA INDEPENDENCIA PERUANA 225 distinguidos caballeros de distinta condición y profesión, pero hermana– dos por la caridad, aplicada a todos los pobres enfermos de la piel, como fueron los negros carachosos y leprosos de los que huía la gente con terror. Por este tiempo era Director del hospital el arrogante médico don Baltazar Viilalobos que se ufanaba de curar radicalmente la lepra, aun– que eran mayores las quejas de los pacientes por la ineficacia del trata– miento. Por tal motivo el coronel Ribadeneira, que formaba parte de esta humanitaria institución, fue comisionado por la hermandad con po– der bastante, para que arreglase lo que de justicia fuere. Parece que entre el médico Director y el coronel Procurador, lejos de llegar a un pacífico acuerdo, resultó un enconado proceso judicial por los graves y mutuos insultos que intercambiaban profusamente. Es pues, a través del documento original encontrado en un archi– vo estatal, que me he enterado de datos muy interesantes para una futura biografía del general Ribadeneira. Con la llegada a Pisco el 8 de setiembre de 1820 del Ejército Libertador que comandaba el general José de San Martín, el coronel Ri– badeneira que por sus ideas libertarias había sufrido persecuciones y larga carcelería en España, ya indicadas más arriba, activó sus esfuer– zos en favor de la sagrada causa nacional que Dios defendió, la misma que debería culminar· -con la deseada proclamación de la Independencia del Perú. Efectivamente, pocos meses después, gracias a la hábil estrate– gia militar del Protector, así como al heroísmo del Ejército y sacrificio de los pueblos, en la mañana del 28 de julio de 1821, desde cuatro tablaJ dillos levantados uno en la Plaza de Armas, uno en la Plazuela de la Mer– ced, otro en la Plaza Je Santa Ana, y el cuarto en la Plazuela de la Inqui– sición, el ger:eral San Martín proclamó sucesivamente la libertad de Perú ante una alborozada muchedumbre que deliraba de regocijo. Establecido el gobierno republicano, el espíritu justiciero que ca– racterizó al eximio Capitán de los Andes, atendiendo a los méritos y servicios premió al coronel Ribadeneira nombrándolo ,el 16 de octubre de 1821 Presidente, hoy día Prefecto, del departamento de Huaylas en reemplazo del general Toribio de Luzuriaga. Algo más, deseando el general San Martín que la gratitud de la Patria fuese inolvidable, vale decir, continuara a través de las genera– ciones futuras, los servicios y sacrificios de sus heroicos hijos, hoy nues– tros próceres, creó la Orden del So/,, que en solemne ceremonia reali– zada e] 16 de diciembre de 1821, honró a los que habían hecho posible la Libertad, y entre ellos fue condecorado el coronel José Ribadeneira, Presidente entonces del departamento de Huaylas.
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