Quinto Congreso Internacional de Historia de América
226 ANTOLÍN BEDOYA VILLACORTA Aún más, estimulado el patriotismo del coronel Ribadeneira cc,:a tan brillante condecoración, administró política y militarmente el vasto departamento de Huaylas con sing.ular sagacidad y patriotismo, e ins,.., truyendo al pueblo en la necesidad de colaborar con el gobierno del ge-– neral Protector San Martín para continuar con éxito la campaña eman~ cipadora, y solicitando el cívico aporte económico y personal del ve'Cin-– dario; solicitud que tuvo la generosa respuesta que esperaba de tan im.. portante jurisdicción. Dando el señor Protector una prueba más, del reconocimiento y justipreciación del desveío y sacrificio de los decididos amantes de la Patria, dictó el Decreto Protectora! de 22 de agosto de 1822, que prin-– cipia diciendo que: "Por cuanto atendiendo a los méritos y servicios del coronel don José Ribadeneira, he venido en nombrarlo General de Bri,.., gada. Por tanto ordeno y · mando le hayen y reconozcan por tal, guar-– dándole y haciéndole guardar todas las distinciones y preminencias que por este título le corresponde ... " etc. Cuando el general Libertador Simón Bolívar hizo su entrada triun.. fal a Lima el 1 <:: de setiembre de 1823, encontró tres gobiernos rivales entre sí. Estos eran: el del mariscal don José Bernardo de Tagle Porto-– carrero y Samudio en Lima; el gobierno del mariscal don José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete en Trujillo, y el del virrey don José de La Serna e Hinojosa en la sierra del centro y sur de la República. Con el objeto de desarrollar su plan libertador, fácil le fue eliminar a los dos primeros; pues uno emigró al Real Felipe, el otro fue expatriado, y para el tercero fue necesario alcanzar la gloriosa Batalla de Ayacucho, para que quedase el Libertador Bolívar como el único gobernante vitalicio, como Padre Salvador del Perú. Después de todos estos trascendentales sucesos, sólo quedó de la porfiada resistencia monárquica, el pertinaz general español don José Ramón Rodil y Gayoso atrincherado en su último reducto el Real Felipe, que aunque pequeño, Rodil consideraba a la fortaleza como soberanía española, representación del Virreinato hispano en este lado occidental de la América del Sur. Es en esta circunstancia que el Libertador le manifiesta su con,., fianza al general José Ribadeneira, nombrándolo el 24 de febrero de 1825 Gobernador Político y Militar de la Plaza del Callao y sus dependencias. Dejemos pasar los años y con ellos la rendición del general Rodil; la Guerra con Colombia; el derrocamiento del presidente La Mar Y su deportación por el general Gamarra; y el pronunciamiento en Lima del general José Antonio Mariano Gutiérrez de la Fuente el 6 de junio de 1829.
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