Quinto Congreso Internacional de Historia de América
UN PRÓCER DE LA INDEPENDENCIA PERUANA 227 Aquí nos detendremos, porque para los efectos de esta solemne y evocadora ceremonia, debo hacer hincapié en la patriótica actuación que ie cupo desempeñar al general Ribadeneira, durante la luctuosa conspiración separatista del Sur, el año de 1829. Comprendiendo el general Gutiérrez de la Fuente la gravísima situación por la que atravesaba el país, sin dinero, menos administración pública, pero sí amenazada por los países vecinos, atormentados sus pueblos por los montoneros y con un ejército indisciplinado, expidió el nueve de junio de ese año veintí,nueve la siguiente resolución: "Aten-– diendo el Jefe Supremo a los distinguidos conocimientos del señor ge-– neral de brigada don José Ribadeneira, y a su decidido interés por la prosperidad de la Nación, se ha servido nombrarle Ministro de Estado en el Despacho de Guerra y Marina". Firma Gutiérrez de la Fuente. Este delicado cargo lo recibió el general Ribadeneira tan sólo por salvar a la Patria que consideraba moribunda. Pues era entonces tal la pobreza fiscal, que debiendo regresar dos batallones que se encentra,.., han en Cajamarca y Cajabamba tuvieron que acantonarse tres meses hasta que se pudiese proporcionar los medios necesarios para trasla– darlos a Lima. De esta situación casi anárquica por la que atravesaba nuestro país, quiso aprovecharse el general don Andrés de Santa Cruz, Presi,.., dente de Bolivia para anexarse nada menos que de tres de nuestros principales departamentos del Sur: Puno, Cuzco y Arequipa. Para rea,., lizar o lograr su dorado sueño principió por establecer talleres o logias masónicas, para así, manejarlos como títeres a los peruanos y bolivianos que debían secundarle. Fue pues, con ese tacto político e inteligente in,., triga que caracterizó al g1eneral Santa Cruz y especial astucia hizo in,., gresar a la francmasonería bajo la autoridad de él "Gran Maestre", al coronel Rufino Macedo, Prefecto de Puno; al coronel Juan Francisco Reyes, Prefecto de Arequipa; al coronel Juan Angel Bujanda, Prefec,.., to del Cuzco; al general Manuel Martínez de Aparicio, Comandante Militar de las Fuerzas del Sur; a los coroneles: Domingo Infantas, José Gregario Escobedo y Manuel Rodríguez Maguiños; al Teniente Coro-– nel, Gregario Guillén, al Dr. Manuel Fernández de Córdova, Deán de la Catedral de Arequipa y otras personas de menor prestigio. Pero el señor general Ribadeneira, Ministro de Guerra y Marina estaba ente,., rado de todo por comunicaciones de amigos, y por un buen servicio de inteligencia, destruyó la ingrata conspiración s,eparatista. ¿ Y cómo? Muy sencillamente: determinó a un grupo de patriotas y leales jefes que es-– taban en el sur, entre los que nombraré a los coroneles .Manuel Amat y Mateo Estrada; a los tenientes coroneles Ramón Castilla, Narciso Bonifaz y Juan Cárdenas; a los sargentos mayores José Palma y Manuel
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