Quinto Congreso Internacional de Historia de América
228 ANTOLÍN BEDOYA VILLACORTA Valdivia y otros para que actuando en forma más cosveniente anularan tan monstruoso propósito. Efectivamente, reunidos se pusieron todos de acuerdo en un plan debidamente meditado que lo pusieron en práctica en la madrugada del 19 de agosto de 1829. Los bravos y arrojados contrarrevolucionarios, en forma silenciosa y sorpresiva apresaron al Prefecto Reyes, al general Martínez Aparicio, al coronel Gregario Escobedo, a los comandantes Guillén y Rivera. En esta olvidada función de armas, tuvo destacadísima y como siempre valerosa actuación el famoso Defensor de las Leyes y contigüidad nacional el entonces comandante don Ramón Castilla; que fue, precisa-– mente, el que dominó el Batallón de Cívicos con las fuerzas que pudo reunir. Mas, para completar su patriótica labor, él mismo condujo de Arequipa a Islay a todos los prisioneros para embarcarlos con direc-– ción a Lima para recibir el debido castigo. No siendo posible en un ligero discurso tratar todos los hechos realizados y los problemas resueltos por su entusiasmo y patriotismo en su Secretaría de Estado, despacho de Guerra y Marina, por lo me-– nos recordaré la escabrosa cuestión de "Reforma Militar". Un suceso muy importante, muy delicado y necesario, del que• salió lucidamente, conquistando el aplauso mayoritario del Congreso Nacional. La paz con Colombia y la pobreza fiscal reinante entonces, obligó al Poder Eje-– cutivo enviar al Congreso un Proyecto de Ley de Reforma Militar para depurar y disminuir el efectivo del Ejército. Efectivamente, con el fin de informar y defender el proyecto, el ministro Ribadeneira se presen– tó en el Salón de Sesiones el día 4 de diciembre de 1829 y dijo a los señores Representantes estas palabras: "Sería ocioso detenerse a enca-– recer a vuestra señoría las ventajas que producirá a la República la adopción de medidas que el Eje·cutivo propone en el Proyecto de la Ley que tengo la honra de acompañar a V. S. para que se sirva ponerlo en consideración de la Cámara de Diputados. La sabiduría de la Cámara conocerá a primera vista que, siguiendo el constante ejemplo que pre-– sentan las naciones más ilustradas en el proyecto adjunto se consulta a un mismo tiempo, la mejora de la composición de la Fuerza Armada Nacional. el alivio de los fondos públicos y la compensación debida a unos ciudadanos que han invertido los mejores años de su vida en !a carrera militar, postergando sus intereses personales. La justicia exige imperiosamente que se remunere, con cuanta generosidad permita la si-– tuación económica del país, a los guerreros que han derramado su san-– gre por conquistar la independencia y la libertad de su patria; guerreros, cuyos laureles no deben marchitarse en una indig-na indigencia, y que siempre se hallarán dispuestos a dejar su honorable retiro cuando la
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