Quinto Congreso Internacional de Historia de América
22 ANTONIO FERNÁNDEZ DEL CASTILLO de instrucción, salud pública y trabajo, así como de seguridad y bie... nestar sociales. Imposible reproducir aquí todo cuanto se trató en tan trascenden... tal reunión, pero daré alguna información relacionada con nuestro tema pincipal: Se acordó la abolición, tanto de la esclavitud, como de la trata de esclavos, y asimismo del uso del opio y las drogas nocivas. Se acordó suprimir el trabajo forzoso; en algunos países se hacía trabajar a la población para pagar los tributos; nótese la semejanza con las mitas. Se reprobó el reclutamiento de trabajadores si no se hacía a base de la oferta espontánea de la mano de obra. También se acordó que los menores de 16 años no podrían servir en los trabajos de las minas, a no ser que presenten un certificado mé-– dico en que conste su aptitud física para el trabajo. Se procuraría el mejoramiento del nivel de vida recomendándose llevar a cabo investigaciones sobre el costo del mismo. Se tomaron algunas medidas para proteger a los trabajadores que habrían de desempeñar un trabajo lejos de sus hogares; algo tiene de relación este. punto con las mitas. Se prohibió la discriminación por el color, religión o tribu y otros puntos más, de una importancia . social verdaderame.nte relevante. El problema que se presentaba entre los países dominantes y sus colonias era semejante al que se presentó a España cuando la contienda con Inglaterra y después con Francia, que produjo el descontento de los súbditos del Nuevo Mundo, cuya culminación fue la guerra de indepen-– dencia. Sin duda que en Filadelfia, al discutirse los problemas del tra,. bajo en las colonias, muy pocos recordaban a Túpac Amaru y más aún, ni siquiera recordarían las Cortes de Cádiz, pero los fenómenos eran los mismos, las reacciones de los trabajadores eran iguales, el pensamiento de Túpac Amaru dentro de ese recinto en que se discutía el bienestar de los trabajadores de las colonias estaba presente como si fuese el inspi-– rador de las libertades de los indígenas. Ha pasado el tiempo y de toda esta dramática historia de la hu-– manidad nos queda sólo una enseñanza y es que la felicidad de los pue.– blos sólo se logra a base de justicia.
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