Quinto Congreso Internacional de Historia de América

BERNARDO TAMBOHUACSO PUMAYALLI Y SUS CONFEDERADOS 45 do con doña Juliana Ligarte, mujer española; era maestro orfebre. Otro de los confederados con Tambohuacso. Eugenio Cárdenas y Riva, natural de La Paz, avecindado en la ciudad del Cuzco; tenía 40 años de edad, en 1780; soltero, guardian del camino de Puquín, en la misma ciudad del Cuzco. Era otro de los hombres de Farfán de los Godos; asistió a las reuniones convocadas; como todos los nombrados anteriormente pagó con su vida el haberse asociado para reclamar por la injusticia tributaria. Domingo U nda, vedno y natural del Cuzco, de 43 años en 1780: casado y hacendado; fue condenado en última instancia a diez años de destierro en la prisión de la ciudad de Valdivia, a rac1on y sin sueldo;. vencido cuyo término no podría volver sino con autorización. Felipe Unda, hermano de Domingo; casado, vecino y natural de la ciudad del Cuzco, de 30 años de edad en 1780; administrador parti-– cular del Real Estanco del Tabaco, en Paucartambo, por tanto su resi-– dencia en Cuzco no era permanente sino eventual. Sufrió igual pena que su hermano. M elchor Chacón y Bezerra; natural y vecino del Cuzco, plate.– ro como varios de sus coencausados; tenía 27 años de edad en 1780; ca-– sado con doña Ascencia Tejeira. Sufrió idéntica pena a la de los her-– manos Unda; diez años de destierro en Valdivia a ración y sin sueldo. 4.- LOS PASQlllNES.- AMBIENTE SOCIAL CALDEADO Circulaban pasquines en la ciudad del Cuzco, con expresiones contrarias a la aduana a implantarse; se amenazaba al Corregidor y funcionarios allegados. Se comentaba en los corrillos callejeros los acon– tecimientos de Arequipa, de La Paz, de Cochabamba, y otros movimien-– tos de protesta. El ambiente social mostraba ansiedad por lo que ocurrie– se y al mismo tiempo indignación por la imposición de las nuevas con– tribuciones. Es de presumir que independientemente pudieron gestarse varios grupos de descontentadizos, con perspectivas de realizar un alza-– miento, pero que habiendo sido frustrado el movimiento de Tambohuacso, desistieron de sus propósitos. Lorenzo Farfán de los Godos, hombre capaz y distinguido, fue el cerebro y el gestor de la frustrada revuelta; iba comprometiendo gen-– tes para alzarse; era persona muy bien vinculada en la ciudad, pertene– cía a círculos distinguidos y gozaba de general aprecio. Por su parte el cacique de P'isaq, Bernardo Tambohuacso, iba comprometiendo a dece– nas de caciques de la zona de Taray, Calca, San Salvador, y diver..

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