Quinto Congreso Internacional de Historia de América
TÚPAC AMARU Y LA NUEVA GRANADA 519 Y muy decidor asimismo sobre la expansión de la noticia de la rebeldía de Túpac Amaru. Porque pensamos que en ninguna colonia hispana tuvo ella la resonancia que en el granadino virreinato, de ma-– nera casi coetánea con los sucesos que en el Perú tenían lugar, Nada raro, en consecuencia, que se hayan vinculado ambos movimientos y se les haya asignado tendencias libertarias y considerado consiguien-– temente como movimientos netamente pre--independientes. VII.- EL CACIQUE DON AMBROSIO PISCO Pocos y no trascendentes fueron los movimientos indígenas de rebeldía en el Virreinato de la Nueva Granada, durante la época ca.. lonial. Sin embargo, con motivo del alzamiento comunero. salta a la liza, digámoslo así, un descendiente de los primitivos jefes indígenas granadinos. Ambrosio Pisco, cacique del pueblo de Bogotá -hoy Punza, a pocos kilómetros de la capital colombiana- residía habitualmente en el pueblo de Güepsa, tenía buena estampa física y contaba con unos 43 años en el de 1781 . Hacendado administrador de las rentas de aguardiente y tabaco de Güepsa, fue sacado de su tranquilidad hoga-– reña y cotidiana por los sublevados socorreños, el primer domingo de Pascua de aquel año, a los gritos de VIVA EL REY Y MUERA EL MAL GOBIERNO, acompañados de la quema del tabaco y derrame del aguardiente. "En Güepsa, escribe el historiador Cárdenas Acosta. recibió don Ambrosio un papel suscrito por los Capitanes don Pedro Pablo de Ar-– chila y don Melchor de Rueda y el Sargento Pimentel, por medio del cual le prevenían que si quería escapar con vida pasase al siguiente día, con su gente y armas al llano de Cite, para marchar sobre Puente Real, y que de lo contrario sería despojado de sus bienes y perdería la vida. En virtud de tal prevención salió don Ambrosio de Güepsa con los capitanes y los indios que tenía a sus órdenes, y de Cite siguió a Puente Real, donde fue aclamado Capitán por los Comuneros. "Consumado el hecho de armas hubo de regresar don Ambrosio a su domicilio de Güepsa, para salir ocho días después con unas car-– gas de lienzo y otras de azúcar, que debía realizar en Santa Fe. Ade-– lantándose a los arrieros en Puente Real, unióse en el Boquerón de Si-– mijaca con algunos de los sublevados del pueblo de Chima que lo aguar-– daban en aquel paraje. Entre tanto, gentes de vanguardia llevaban de pueblo en pueblo la nueva de que el cacique iba entre los subleva-– dos. En Susa salieron los indios a recibirlo con vítores, cohetes y tambores. Del Volador de Fúquene escribió al indio Gobernador del
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