Quinto Congreso Internacional de Historia de América

JOSÉ BAQUÍJANO Y CARRILLO EN CÁDIZ 555 ESTOICISMO Y GENEROSIDAD: UN TESTIMONIO PERSONAL Más, sin duda, que por las noticias que proporcionan sobre la vida y las inquietudes de Baquíjan o en los casi tres años de su permanencia en Cádiz, estas cartas interesan como testimonio di– recto, íntimo y confidencial de su talante, de la tesitura de su espíritu, de su cuestionada fe religiosa, de su generoso sentido de la amistad, de su limeñismo y peruanismo. Ante las primeras noticias que recibe en Cádiz de la estela de problemas domésticos que ha dejado en Madrid al desmontar su casa de Carrera de San Jerónimo, luego de dictar muy precisas disposicio– nes, sentencia: ..... las cosas variarán y después de la borrasca apare– cerá la calma . Serenidad . ... ·' ( 86) . Esa misma apetencia de paz reflejan otras palabras suyas pos– teriores, en una carta que él mismo califica como su "último testamen– to" dirigido a su agente: "Nada ambiciono, quiero ni solicito, sino cum– plir con mis cargos y lograr tranquilidad y descanso" ( 87) . Ante las dilaciones y contrariedades que le depara su carrera burocrática, se desahoga con su amigo y hace juicios y confesiones so– bre su propio carácter: ..... en parte alguna puedo tener enemigos por– que no lo soy de ninguno, pero mi desgraciada organización me vio– lenta a que me inflame cuando veo que se intenta sojuzgar a la jus– ticia y a la razón, y este inevitable principio, a formarme un gran nú– mero de mal querientes" ( 88) . Una exagerada apreciación de sus contrariedades y sinsabores lo lleva a una sincera profesión de estoicismo. Refiriéndose al despojo de su cuantioso e importante equipaje, dice: "pero estos males no son los que me abaten, pues mi corazón está muy familiarizado con la pa– labra pérdida" ( 89) . Y en la carta siguiente, insiste: "Reconozco que mi contraria suerte supera a las activas diligencias de Ud. y cada in– cidente que ocurre en mis asuntos me es un motivo de nueva medita– ción" ( 90). "A todos cercan las pesadumbres y disgustos -afirma– por lo que no abaten en nada mi constancia las que sufre su afectuosísi,.. mo amigo ... " (91) . Hay momentos, sin embargo, en que recupera el aliento y la esperanza, confiado en que el "tiempo lo varía todo y se repiten suce,.. sos que creíamos lejanos y distantes" (92). Y, en fin, en su penúltima carta, otra vez declara: "Yo no quiero sino estar libre de las miserias y angustias que aquí se oyen y contristan" (93) . El epistolario ofrece, asimismo, abundantes testimonios sobre el desprendimiento, el enorme desinterés y el generoso sentido de la amis– tad que Baquíjano profesa.

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