Quinto Congreso Internacional de Historia de América
54 VÍCTOR ANGLES Y ARMANDO SOTOMAYOR platero, donde José Gómez, también platero, y como de costumbre con-– versaron lo que debían, y luego ya al despedirse, le dijo Gómez, que lo habían convidado al Hospital ( el Hospital de Naturales en Cuzco, se ubicaba en San Pedro y Pampa de Santa Clara, y como punto de refe-– r:encia, ubicaban el indicado local) y a manera de pasear lo acompañó, siendo más o menos las siete de la noche, y encontraron en la puerta del templo de Santa Clara, a un hombre embozado, con el que habló Gómez, y luego hallaron a más gente; estas personas y el declarante se trasladaron al Puente de Santiago sentándose en unos morritos, ha-– hiendo reconocido el declarante a Farfán de los Godos, Tambohuacso, Joaquín León, Diego Aguilar, y José Gómez que fue con el declarante y un niño que no conoce; en aquella oportunidad Tambohuacso habló de la aduana, de los indios que tenía listos en P'isac prontos para venir a Cuzco y bajo su mando dar muerte al Corregidor, y que incluso se llegó al caso de la necesidad de hablar del coronamiento de un rey. Continuando con las diligencias, el Señor Corregidor toma de-– claración a otro hombre preso, se trata de Domingo U nda, quien dijo: que el día de San Juan de ese año, casualmente encontró a Juan de Dios Vera y Ascencio Vergara que iban montados en mulas y se diri-– gían a pasar la tarde en el Alfalfar de Vergara, y que le dijeron, al de-– clarante, que si quisiera fuera con ellos, a lo que accedió el declarante y fue en vía de paseo y se entretuvo viendo una sementera corta de maíz, a cuyo tiempo entró también su hermano Felipe Uncia por divertirse y estando ya en la casa del citado Alfalfar, entró Tambohuacso y al con-– versar trajo en consideración los hechos que habían ocurrido en Are-– guipa resultantes de la imposición de la Aduana, Aduana que se pro-– yectaba establecer en el Cuzco, llenándola de pensiones; habló también el Cacique de P'isaq de los repartimientos, de los Corregidores y de que los indios estaban en la última miseria y aún no podían pagar los tributos, y que la ciudad estaba constituída en pobreza, y que si los concurrentes se animaran podrían hacer resistencia a los impuestos y que convenía liquidar la ladronera. Que el declarante y su hermano Felipe no aceptaron conformar aquella federación porque tenían hijos, a lo que el cacique de P'isaq replicó diciendo que eran unos cobardes, u.nas gaWnas, y volvió a exhor-– tarlos para tener otra junta el domingo subsiguiente, y que cada persa-– na de las presentes llevara a dos más en la siguiente reunión, para re-– solver lo que se podía hacer. Que concluída la reunión, cada cual tomó su mula y volvió a la ciudad. Agregó el declarante, a las preguntas formuladas por el Sefíor Corregidor, que no sabía quienes hubieran fijado pasquines en las calles;
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