Quinto Congreso Internacional de Historia de América
TÚPAC AMARU Y LA PRIMERA INSURRECCIÓN AMERICANA 71 1) Blancos españoles, categoría que comprendía dos subdivisio– nes: españoles europeos y españoles americanos. Recordemos que a es– tos últimos es a quienes Viscardo y Guzmán dedica su famosísima "Car-– ta". También a estos españoles americanos se les conocía con el nombre, más difundido, de criollos. 2) Los indios. Dado el papel prepoderante cumplido por el indio en la insurrección, de él nos ocuparemos más adelante con algún de– tenimiento. 3) Los mestizos, palabra equivalente a mezclado o cruzado, como que se aplicaba al hijo de blanco e indio, muy raramente blanca e indio. 4) Negros, de los que no todos eran esclavos. 5) Mulatos, cruces de blancos y negros, tampoco todos eran es– clavos, 6) Zambos, descendientes de negros e indios. Si quisiéramos graficar esta división social, la asimilaremos a una pirámide, cuyo vértice lo constituye la clase blanca española, dominante en todas las actividades. En la base de la pirámide, naturalmente, cn-– contramos a los indios. Pues bien, esta categorización social (basada en gran parte en el pigmento de la piel), igual que la jerarquía celeste, era aceptada con cristiana resignación, por todos los individuos que vivían en el siglo XVIII, y nadie protestaba por haber sido colocado en escalón demasiado modesto. ¿Por qué? Pues porque en la ~poca que evoca!!_!__os -alrededor del año del Señor de 1780-, el americano súbdito del rey de España aceptaba la existencia jerárquica como la cosa más natural del mundo. Así como antes de Colón el hombre común pensaba que la Tie– rra tenía que ser plana y que sería cosa de locos suponerla esférica -porque así tendría que haber "otras" gentes colocadas "cabeza aba– jo"-, en igual forma el hombre del siglo XVIII imaginaba que forzo– samente, que jurídicamente, debían ser desiguales. En otras palabras, ni por pensamiento era de suponer que algún día tuviesen idénticos de-– rechos. ¡ Pero si hasta en el cielo hay jerarquías! Desde luego que los derechos y deberes variaban de una a otra categoría o casta. -.. A los blancos, por ejemplo, les estaban reservados los más altos cargos, así honoríficos como lucrativos. Al mestizo le era prohibido ejer... cer la enseñanza, el sacerdocio, los cargos públicos importantes. No di.– gamos nada del negro. No olvidemos que es de nuestros días la investi-– d ura del primer obispo de color. Por regla general, el mestizo no podía montar a caballo, ejercicio exclusivo para gentes de honra, es decir, para nobles, es decir, para
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