Quinto Congreso Internacional de Historia de América
(4) (5) (6) TÚPAC AMARU Y LA PRIMERA INSURRECCIÓN AMERICANA 93 Respecto del corregidor debemos decir no sólo que no percibía ningún pago por el cargo, sino que este mismo cargo lo obtenía en España por el sistema del mejor postor. Tampoco esta práctica era de exclusividad españo]a. Por la misma época de Túpac Amaru, en la culta Francia la recolección de los tributos fis– cales era arrendada, adjudicándola al mejor postor. Estos arrendatarios eran nombrados por el rey, por un término de seis años, y abonaban, por adelantado, una suma convenida anualmente. Tales arriendos originaban múltiples corrup– telas. Lógicamente, para resarcirse de los gastos efectuados, el arrendatario, o recaudador de impuestos, llegaba a extremos inhumanos. Mirabeau -padre de Ho– norato Gabriel. el orador de la Revolución- refiere en su obra "Teoría de la tributación", dirigida al rey, de cómo fue testigo de que un encargado de la recaudación, cortó la mano a una mujer que no quería soltar sus pobres uten– silios de cocina que le iban a ser embargados por falta de pago de las gabelas. El arrendatario francés, igual que el corregidor español, obtenía con tales mé– todos pingües ganancias. Pero también merecía el odio general. En la Francia pre-revolucionaria el arrendatario se convirtió, así, en sinónimo de ladrón. Lle– gada la revolución, la guillotina cortó muchas cabezas de arrendatarios. Las autorida'des virreinales comprendieron perfectamente el grave peligro que para la Corona significaba el hecho de arrogarse Túpac Amaru el título de rey, y es por ello que desde los comienzos de la insurrección trataron por todos los medios de contrarrestarlo. En Arequipa, por ejemplo, fijaron pasquines a las puertas de las iglesias en los que se hacía conocer al pueblo "que sólo conocer debe, por Padre y Rey, al de España". No solamente actuaba como legítimo rey Túpac Amaru, sino que como tal era considerado y tratado por las autoridades por él nombradas. Veamos dos inte– resantes documentos, al respecto. "Don José Gabriel Tupa Amaro, Inca por la gracia 'de Dios, Descendiente del "tronco de los Monarcas que gobernaron estos Reynos del Perú, etc. etc. Nómbra– "se con la comisión necesaria por justicia mayor y Cacique a Don Tomás Par– "vina para el Pueblo de Colquemarca, atendiendo a ser Indio Noble y principal, "y ordeno y mando a todos los vecinos e indios de dicho Pueblo y distrito lo "bayan y tengan por tal, y le guarden y hagan guardar todos los honores que le "corresponden, durante el tiempo que ejerciere estos empleos.- Tinta y Enero "17 de 1781".- JOSE GABRIEL TUPA AMARO, INCA. ¿ Y cómo se dirigen a él? He aquí la carta de un cacique: "Excmo. Señor Dn. José Gabriel Tupa Amaro Inga de la Real Sangre y Tronco "Principal.- Mi muy Venerado Señor. Recibí la providencia de Vuestra lVIer– " ced con todo rendimiento y veneración prostrándome a sus piadosos pies de "Vuestra Merced y como Súbditos y leales vasallos de Vuestra Merced pidién– "dole a la Divina Majestad para que le dé a Vuestra Merced salud y vida para "alivio de nosotros feligreses hijos e hijas" ...
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